En Córdoba el elenco millonario perdía por el gol tempranero de Correa pero en el final primero Solari y luego un golazo de Aliendro para dar vuelta una historia cruzada que valió el enojo del técnico de River de cara al público. Tercer título en la era del ex Bayern Munich en el banco.

En el Kempes la final comenzó ideal para los platenses ya que de un centro apareció la cabeza de Javier Correa, tras un gran centro de Edwuin Cetré, para vencer a Armani y abrir el marcador para el equipo de Eduardo Domínguez.

La gran novedad de la noche cordobesa en River fue el 4-3-3 y la presencia de Kranevitter en el medio. Primero fue Paulo Díaz con un gran cabezazo y luego Borja lo tuvieron para empatar pero en ambas obligó una excelente respuesta del arquero Mansilla cuando se empezó a acomodar el conjunto millonario en el terreno.

Estudiantes buscó cerrarle los caminos más allá que la tarea de Enzo Pérez como Ascacibar no era la mejor. Más allá de la ventaja también tuvo buenas llegadas Estudiantes que obligó a algún revolcón de Armani que solo falló en un pase pero bajo palos se mostró confiable y seguro.

Para el segundo tiempo movió el banco Micho con la entrada de Santiago Simón por Pirez y ajustar piezas atrás. La primera fue de River mediante Colidio de contra con buena respuesta del arquero.

El dominio en los iniciales 15 fue muy claro de River que fue por el empate con centros y alguna bocha filtrada de Nacho Fernández. Guido Carrillo, ingresó por Correa, tuvo una gran chance para ampliar pero su disparo salió apenas afuera en un momento que su equipo trataba de respirar lejos de su arco.

Echeverri rompió la modorra a los 30 con un disparo furibundo y Mansilla la tapó muy bien abajo. A los 32 minutos salió Enzo Pérez, de muy discreta producción, con una ovación de la gente pincha. En ese momento fue que Solari metió un centro, desviado en Romero, para el 1-1 riverplatense a falta de diez y Villagra remató y el arquero de Estudiantes salvó a su equipo nuevamente de otro gol.

Aliendro sacó un misil para el 2-1 en tiempo de descuento y que Demichelis grite con bronca hacia el público el gol del campeonato.