Por: Facundo Nanni
Corría el día 22 de octubre de 2006. Rugían los motores v8 en su primer arribo a nuestra categoría. Cierto heptacampeón alemán llamado Michael Schumacher se despedía de su ‘Cavallino Rampante’, llevandose consigo un intrascendente 4to puesto, distante de lo que supo conseguir en aquella Scudería pero dejando pinceladas de su excelso manejo, por ejemplo, en el sobrepaso a Kimi Raikkonen previo a entrar a la curva “S” de Senna.
Parecía imposible que a futuro inmediato sucedieran hechos de tamaña magnitud como el campeonato de Kimi fuera de contexto, debido al infortunio y la errática temporada 2007 de Mclaren.
Por otro lado, Ferrari iba a entrar en una etapa oscura, donde parecía que lo importante sucedía fuera de la pista y no donde deben privar máquinas y pilotos (cambios múltiples de directores técnicos, malas relaciones entre compañeros resaltando la ultima dupla Vettel- Leclerc, partida de Ross Brawn y Rory Byrne contribuyó al declive), pero nadie imaginaría 13 años de fracasos ininterrumpidos de la marca de Maranello, apenas disimulados por Fernando Alonso con un auto muy por debajo del nivel competitivo que exhibía por ejemplo, el dominante Red Bull año 2012.
Por otra parte, en Mclaren, durante en ese mismo 2007 (donde Ferrari lograba con mucha polémica su último campeonato de pilotos/constructores) surgía un joven británico, consagrado en categorías juveniles y de 21 años de edad llamado Lewis Hamilton. En esa misma temporada-debut consiguió 12 podios de 17 posibles, con una máquina imparable que, de no haber cometido errores su equipo técnico y a veces parte de su inexperiencia, se hubiese coronado campeón. Aún así las virtudes estaban a la vista y esos ansiados resultados los conseguiría de manera brillante en el GP de Brasil de 2008. Pasaron los años, resultados mediocres en la escudería de Woking lo hicieron recalar en Mercedes y el resto es historia, con cinco títulos consolidados y un sexto en ciernes.
Con todos los records en su maleta, seguramente este año dando alcance a Schumi en victorias de GP, el británico de 35 años junto a Mercedes dominan de manera absoluta el horizonte de esta F1.
¿Coincidencias del destino? O como quiera llamárselo, lo cierto es que Hamilton, con Mclaren primero y luego con las flechas plateadas, tomó la posta de la crème de la F1 y no está dispuesto a dejarla, mientras que la gente de Maranello tendrá trabajo extremo por delante para revertir/solucionar sus problemas dentro y fuera de la pista.