Los Mastines ganaban con un golazo de tijera y tenían todo para liquidar el pleito en Florencia. Sin embargo, con mucho empuje y en la última jugada del partido, el Viola consiguió el 1 a 1 final gracias a la arremetida de Patrick Cutrone. El punto le sirvió a los locales al menos para sumar en una temporada para el olvido y con el fin de evitar el descenso.
Fue un encuentro muy trabado en el Artemio Franchi. El primer tiempo tuvo poquísimas emociones y, en la única clara, el Hellas Verona abrió la cuenta. Apenas pasado el cuarto de hora, Sofyan Amrabat empaló una pelota que cayó detrás de los zagueros de la Fiorentina y Davide Faroni, con una magistral pirueta batió la resistencia de Bartlomiej Dragowski.
En la complementaria la tónica fue distinta. El dueño de casa apostó a buscar la igualdad pero no encontraba los caminos bajo ningún concepto. De hecho, la única acción peligrosa que generaron fue un cabezazo completamente desviado de Cutrone que no supo aprovechar la salida en falso del arquero de los Mastines, Marco Silvestri.
El ir al frente empezó a costarle caro a la Fiorentina porque dejó espacios y sufrió demasiado. Eso sí, el Hellas Verona se confió demasiado y no supo aprovechar semejantes obsequios. Daniele Chiffi le anuló el segundo a los de Ivan Juric por un claro offside del polaco Mariusz Stepinski.
Era todo de la visita en Florencia. Miguel Veloso despintó el parante izquierdo del arco local a los 39 de la segunda parte. Y después, Claud Adjapong, desperdició dos mano a mano que seguramente le costará horas de insomnio esta noche, la próxima, y posiblemente la siguiente. Tanto perdonaron los de Véneto que dejaron con vida a su rival y tuvieron el peor de los epílogos.
El Viola llegó recién con algo de vehemencia, y por primera vez en el partido, cuando se jugaba el quinto minuto de adicionado en el segundo tiempo. Silvestri tuvo que recostarse contra el césped para desviar un bombazo de Christian Kouamé. El reloj consumía las esperanzas del elenco de Giuseppe Iachini hasta que, en el último suspiro, cuando parecía que los tres puntos se los llevaban los Mastines, Federico Chiesa tocó para Cutrone y, éste, pellizcó la caprichosa antes que llegue el guardameta para inflar las redes y desatar la locura de los vestidos de púrpura.
Hellas Verona tuvo todo para ganarlo pero perdonó demasiado y de nada sirvió esa hermosa tijera de Faraoni. O en verdad sí, fue útil para cortar con un empate que finalmente terminó alcanzando la Fiorentina, en la agonía del pleito, pero con un 1 a 1 que no se olvidará tan fácilmente.