Ferro volvió a hacer de local en el Héctor Etchart y la fiesta fue completa: el Verdolaga jugó un gran partido y venció con sufrimiento y esfuerzo a Platense por 84-79. Rodrigo Gallegos fue el más destacado con 20 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias.
Tras verse obligado a ceder su localía debido a las intensas lluvias que cayeron en Buenos Aires y dañaron la superficie de su piso, Ferro pudo volver a jugar en el Héctor Etchart y con su gente. En la noche de viernes, el Verde recibió a Platense y la fiesta fue completa ya que el partido quedó en sus manos.
En el juego, Ferro salió con una gran determinación en la primera mitad, lastimando en ofensiva y cortando los circuítos de juego rivales para aventajar en los primeros 10 minutos por 25-18. Sin embargo, el Calamar supo encontrarle la vuelta y revirtió la historia en los segundos 10, pasando al frente y provocando un partido parejo, cerrado y cargado de faltas. La primera mitad se esfumaba y el marcador reflejaba 40-41 para la visita.
A la vuelta del descanso el duelo seguía sin un claro dominador. Los equipos se alternaban el liderazgo en el marcador y ninguno conseguía tomar una diferencia clara. Mientras tanto, el reloj corría y el partido entraba en zona de definición con una paridad que parecía irrompible.
Pero, cuando restaban apenas segundos para la culminación del pleito, apareció Rodrigo Gallegos (20 puntos), el mejor de la noche, para devolverle la ventaja a los suyos y, tras una sólida defensa ante un embiste de Eric Flor, cerrar el duelo con tres libres que establecerían el definitivo 84-79 para que la fiesta de Ferro en su vuelta a casa sea completa.
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