Vikingo suelto en La Plata. Jonathan Schunke, futbolista nacido en Misiones un 25 de Mayo de 1987, supo convertirse en uno de los principales referentes del actual plantel de Estudiantes de La Plata, uno de los clubes más importantes en la rica historia del fútbol argentino. A puro esfuerzo, y una carrera forjada en el ascenso, el “flaco” logró cumplir su sueño de jugar en primera. El defensor central del “pincha” compartió una charla con Vermouth Deportivo en el mítico predio de Estudiantes, lugar plagado de historias y leyendas por donde se lo mire.
VD: Bueno, primero preguntarte como te encuentra este presente de Estudiantes, con el estadio nuevo, y con Mascherano como un refuerzo de lujo.
JS: Yo creo que nos encuentra en un lindo momento como club, como institución, por la combinación del estadio y la llegada de Mascherano, que para nosotros es sumamente importante ya que nos va a aportar no solo en lo futbolístico, que es mucho, sino en todos los aspectos. Estamos muy contentos de que el halla elegido Estudiantes de La Plata.
VD: ¿Qué te aportó como técnico “Gaby” Milito? Un referente en tu posición.
JS: Para mí ha sido, si no el mejor, uno de los mejores entrenadores que he tenido. A mi me ha hecho crecer muchísimo desde todos los aspectos. Desde lo defensivo, desde el mismo juego, desde el entendimiento del juego, he aprendido muchísimo con el. Creo que todos lo que pasamos por su mano hablamos lo mismo, hemos crecido mucho con él.
VD: En el último mercado de pases, hubo rumores de un posible pase tuyo a Rosario Central, ¿Qué hace fuerza para que te quieras quedar en Estudiantes?.
JS: Hubieron negociaciones, Rosario Central estaba muy interesado, lo que para mi es un halago muy lindo. Que un club como “Central”, un entrenador como Diego Cocca se haya fijado en mí es algo muy lindo. Después, obviamente yo estoy muy contento en el club, me siento parte de Estudiantes, y la verdad que irme de acá me ha resultado siempre algo muy difícil. Y sumado al proyecto futbolístico, en el cual se comienza a hacer foco luego de todo el esfuerzo que significó el proyecto del estadio, siento que es un momento que me permite disfrutar ciertas cosas, y no me lo quería perder. Me quedo porque es lo que había en mi corazón.
VD: ¿Cómo es estar casi ocho años en un mismo club?, es algo que no se da comúnmente en el fútbol actual…
JS: La verdad que es un poco raro que se de en el fútbol, pero Estudiantes es un club que apuesta a un proyecto largo, un proyecto de equipo, de estructura. Si bien lo mío se fue dando, uno al estar tanto tiempo se siente muy parte de esto. Si bien tuve una etapa en inferiores sin salir directamente de la cantera del club, me tocó irme y luego volver, yo personalmente me siento muy parte de Estudiantes y por eso creo que a uno le cuesta tanto salir del club. No me canso de hablar bien de mi club porque veo muchísimas cosas buenas que la institución implementa, tanto en la formación, en los chicos, en el estudio, la contención hacia ellos. Hay un proyecto claro y yo veo a Estudiantes en una creciente constante hoy, y eso la verdad que es muy bueno.
VD: ¿Podrías describirme qué es la “escuela pincharrata”?
JS: En pocas palabras, lo que yo aprendí acá es la importancia del trabajo, de la seriedad, y la importancia del club por sobre cualquiera. La humildad, el trabajo en equipo como aspecto fundamental. Pero yo creo que la palabra que encierra todo es trabajo. Estudiantes ha tenido un revolucionario como Zubeldía que ha transformado todo, no solamente a Estudiantes, sino la manera de trabajar y de ver el fútbol.
VD: ¿Cómo creés que se acopló el trabajo de Gaby Milito en Barcelona a la escuela del “Pincha”?
JS: Yo creo que, más allá de que hay por ahí dos estilos, en definitiva lo que pregonan es el trabajo del equipo. Es un trabajo colectivo por sobre cualquier individualismo. A partir de eso, los matices se van acomodando a lo largo del tiempo. Yo no tengo dudas y le he manifestado varias veces al entrenador que este es un club muy emparentado con él, con su personalidad, con su manera de vivir el fútbol. Yo creo que está muy relacionado Gabriel Milito y su manera de trabajar, su pasión por cada detalle, a la forma en que lo hacían Zubeldía, Bilardo, Simeone o el mismo Alejandro Sabella.
VD: ¿Te sentís un referente? ¿Lo sentís en el cariño de la gente?
JS: Sí, uno a medida que pasa el tiempo se siente cada vez más parte de la institución. Es un club que apuesta mucho a los chicos, y uno trata de ayudarlos, que se sientan cómodos, que puedan entender lo más rápido posible lo que quiere un entrenador. Yo creo que son cosas en las que uno tiene que tomar la responsabilidad de hacerlo. Lo siento de esa manera. Son cosas que me han enseñado personas como el “Chavo” (Desábato) principalmente, Mariano (Andújar), el “Chapu” Braña, Gastón (Fernández) o Damonte mismo. Son jugadores que, me han transmitido cosas que trato de transmitirle a los demás.
VD: ¿Cómo se viven los clásicos acá en La Plata?
JS: Son partidos aparte. Más en esta ciudad, son diferentes. Cada vez los disfruto menos y los sufro más, jaja. Uno sabe que por ahí no van quedando muchos y eso duele. Son partidos que la gente vive con mucha alegría, con mucha intensidad. Son partidos especiales en los que uno trata de abstraerse de todo lo que hay afuera, pero bueno, es muy difícil.
VD: En un momento dijiste que el ascenso fue tu “formador”, en lugar de las inferiores. ¿Seguís pensando lo mismo? ¿Qué diferencia hay entre una persona que tiene la oportunidad de hacer inferiores directamente en un equipo de primera, y alguien que se desarrolló en muchos equipos de ascenso?
JS: Si, yo creo que el ascenso a mi me ha formado. He transitado a los 15 años las inferiores de Estudiantes y después a partir de eso siempre jugué en el ascenso, que fueron mis verdaderas inferiores. En definitiva, desde los 16 años juego ligas locales, argentinos, federales y todos esos torneos que me han formado. Después no sé que diferencias habrá, pero desde mi lado, a mi me formó todo ese roce. Esos partidos en el ascenso me han formado como jugador. Si bien uno nunca termina de hacerlo, han sido mis inferiores.
VD: ¿Nos podrás contar algún recuerdo grato de los clubes por los que pasaste en el ascenso?
JS: Yo siempre tengo primero a Almagro como el equipo que me abrió las puertas para ser “conocido” dentro del fútbol. Es un club al que le tengo gran aprecio y del que guardo un muy lindo recuerdo. Cada tanto iba a la cancha a ver a Almagro, de hecho mi hermano salió de ahí y ha jugado bastante tiempo en la institución. En Ferro me han tocado pasar dos años, no consecutivos pero en definitiva dos años que fueron de un crecimiento personal muy bueno. Me ha tocado ser capitán rodeado de compañeros muy buenos. Tengo un gran recuerdo de Ferro, la gente siempre me ha demostrado un gran cariño. Me relacionan mucho con el club dentro del ambiente del fútbol y eso es algo muy lindo. Después en Almirante (Brown) me tocó vivir un año en el que nos tocó salvarnos del descenso, terminando con una muy buena campaña. Tengo grandes recuerdos de Almirante, de su cancha. Son clubes diferentes los tres, pero muy importantes en mi crecimiento.
VD: Yendo un poco a tus comienzos… ¿siempre supiste que querías ser futbolista?
JS: Si, yo siempre he estado convencido de eso. Es más, desde que jugaba en el ascenso y veía tan lejano jugar en primera o vivir todas las cosas que me han tocado vivir en estos tiempos, yo ya vivía como un futbolista, pensaba como tal y mi único anhelo era poder jugar en primera división. Me ha tocado pasear por muchísimos clubes, y no quedar en las pruebas, lo que me frustraba mucho. Siempre me acuerdo lo que me decía mi papá, que Cafú se había probado como catorce veces y no quedaba en ningún club, ¡y era Cafú! jaja. Eso me empujaba a soñar y seguir perseverando para conseguir lo que uno quiere.
VD: ¿Qué pensás que hubieras sido si no fueras futbolista?
JS: La verdad no sé para donde hubiese agarrado…yo supongo que estaría ligado al fútbol. Me apasiona esto, y si le encuentro alguna explicación a algo que hubiera hecho, estaría ligada a este deporte.
VD: ¿Cómo se vivía el fútbol en tu familia?
JS: Mi papá era un enfermo del fútbol. Cuando él era joven, le sacaba la radio a mi abuelo para escuchar los partidos más memorables de Estudiantes. Para mí que él me cuente esas cosas es algo muy lindo porque uno al estar tanto tiempo se identifica mucho con el club. He conocido a muchos campeones del mundo, y que ellos me puedan contar sus historias y verlas tan ligadas a mi historia tanto tiempo después, es muy significativo.
VD: ¿Qué significó jugar en tu provincia?
JS: Mi carrera fue pasito a pasito. Recuerdo que cuando llegué a Guaraní Antonio Franco, el equipo con más gente de la provincia, me encontré con un profesionalismo en el cuál la gente ya te exigía, algo a lo que no estaba acostumbrado. Han sido dos años maravillosos, haciendo goles importantes, compitiendo con equipos como Chaco For Ever, Sarmiento de Chaco, Mandiyú. Para mí, con dieciocho años, era comenzar a conocer y entender lo que me iba a pasar más adelante en equipos como Almirante, Almagro, Ferro, Estudiantes.
VD: ¿Cuándo decidiste irte a probar a Buenos aires?
JS: Hay un técnico que me tuvo en el Real Arroyo Seco, Horacio Cirrincione, que después agarró Almagro y me llevó. Ese fue mi salto, pero mientras yo jugaba en Misiones, cada fin de año me llevaban a probar. En Guaraní lo tenía al “Chango” Cravero como técnico, y después de que hiciéramos un gran año, me llevó a probar a Lanús. Después, por medio de un amigo que conocí acá en Buenos Aires, que se llamaba Jacinto y era fanático de Huracán, me llevó a probarme Huracán, que estaba el “Turco” Mohammed en ese momento. Yo ya no quería saber más nada con las pruebas, jaja.
VD: Siguiendo con el tema familiar, ¿Cómo vivís el presente de tu hermano en Ecuador?, teniendo en cuenta el título con Independiente del Valle, la nacionalidad ecuatoriana…
JS: La verdad que sumamente feliz. A Richard le tocó venirse a Buenos Aires cuando yo estaba en Almagro. El arrancó ahí, hizo su travesía con mucho esfuerzo y desde sus comienzos se notaba que podía conseguir cosas. Yo le veía muchas condiciones. Después lamentablemente tuvo lesiones, parecía que no arrancaba, pero bueno se encontró en Ecuador, donde le está yendo muy bien desde que llegó. Se encontró con un país que lo ha tratado de muy buena manera.
VD: ¿Fueron a ver la final?
JS: Yo no, nosotros estábamos en la inauguración, pero de la familia fueron como cuarenta (riéndose). Desde Misiones nos queda relativamente cerca, así que fue una alegría completa.
VD: ¿Qué balance hacés de tu carrera hasta el momento? ¿Tenés alguna cuenta pendiente que te haya quedado en el fútbol?
JS: Mi balance es totalmente positivo, estar ocho años en Estudiantes de La Plata, el resto de mi carrera en el ascenso lo he disfrutado muchísimo. Todos los clubes que me ha tocado pasar, me han abierto las puertas, me han formado y me han enseñado cosas sumamente positivas. También creo que queda una etapa muy linda por delante, donde voy a poder vivir cosas nuevas. Mi cuenta pendiente es salir campeón con Estudiantes, no me voy a cansar de decirlo y de pelearla hasta que tenga la última chance.
VD: Tenés una particularidad…que es que tenés varios goles. Al menos uno en cada club que estuviste. ¿Cuál es el gol que más recordas? ¿Por qué?
JS: Tengo en la cabeza una tarde en el Argentino B, con Guaraní Antonio Franco. Último partido en la zona de grupos, estábamos quedando afuera, perdíamos dos a uno de local y nos servía solo ganar. A los cuarenta y tres minutos, hago el gol del empate. Después a los cuarenta y siete me queda la pelota otra vez, hago el gol y clasificamos contra Chaco For Ever. Son cinco minutos que voy a recordar para toda la vida. El primero acá en Estudiantes frente Unión también, fue muy significativo hacer un gol en primera. Sin dudas que esos goles sumados al que hice en el clásico de La Plata fueron los más importantes de mi carrera.