El escolta de los Chicago Bulls deberá seguir utilizando el número 6 pese a sus intenciones de dejarlo en homenaje a Bill Russell.

El pasado 31 de julio, la familia de Bill Russell confirmaba su muerte por causas naturales a la edad de 88 años. Como homenaje, la NBA tomó la decisión de retirar su dorsal para que ningún otro jugador de la liga pueda volver a utilizar el número 6 en su camiseta, exceptuando a los que ya lo están portando.

Desde su llegada a los Chicago Bulls en agosto de 2021, Alex Caruso decidió cambiar el 4 que lo acompañó durante su etapa en Los Angeles Lakers por el mítico 6 que utilizó Russell durante toda su carrera con los Boston Celtics. Pero al igual que lo hizo en su temporada de debut, el escolta quiso cambiar de dorsal por segundo año consecutivo.

A diferencia de LeBron James, que lo seguirá portando en los Lakers, la idea de Caruso era abandonar el número 6 para rendirle homenaje al legendario pívot. Sin embargo, su petición no se pudo llevar a cabo ya que la NBA no se lo permitió por un motivo en particular: su camiseta se encuentra dentro del top 75 de las más vendidas.

Su uniforme se volvió tan popular en los últimos años que la liga consideró inoportuno un nuevo cambio de dorsal de cara a la temporada 2022/23. Incluso los Bulls ocuparon el cuarto puesto en ventas de camisetas durante la segunda mitad de la temporada pasada, según la propia NBA.

El efecto “Carushow” comenzó ni bien los Lakers lo sacaron de las profunidades de la G League. Vestido de oro y púrpura, Caruso se ganó el cariño de los angelinos a base de su gran capacidad de sacrificio, su buena defensa, su sólido tiro y sus potentes incursiones al aro a menudo selladas con grandes mates que hicieron deleitar al Staples Center durante muchas noches.

De no ser drafteado en 2016, probó en la Liga de Verano con los Philadelphia 76ers, para terminar firmando un contrato con Oklahoma City Thunder, que lo mandaron a disputar ligas menores. El verano siguiente, participó de nuevo en la Summer League, esta vez con los Lakers, y sus actuaciones le hicieron ganarse un contrato. El idilio había comenzado.

Sin el talento de muchos otros jugadores de la liga pero con un físico potente, se convirtió en un esforzado defensor. Una pesadilla para los rivales. El mejor aliado para sus compañeros. Siempre intenso y revolcándose por los suelos peleando un balón que ya se daba por perdido. Caruso supo convertirse en una pieza fundamental en la rotación de los Lakers, franquicia con la que tocó techo con el anillo de 2020, conquistado en la burbuja de Orlando.

El verano pasado finalizó su contrato. Con tanta estrella veterana, a los angelinos les habría venido bien contar con el trabajo sucio de Caruso, pero tenían otras prioridades. Los Lakers le hicieron una oferta de 21 millones de dólares por tres temporadas, mientras que los Bulls le ofrecieron 36.9 millones por cuatro años. Alex le dio a su ex equipo la posibilidad de hacer una contraoferta, pero desde California se remitieron a las cifras iniciales, perdiendo así a uno de los jugadores más infravalorados de la NBA en los últimos tiempos.