Los goles de Lionel Messi se gritaron en territorio criollo con la misma fuerza que sonaron a 17 mil kilómetros de distancia del Obelisco porteño. Allá lejos, en el Asia que milita con el Golfo de Bengala, el pueblo de Bangladesh ha mostrado su amor por la Albiceleste.
El rosarino ha traspasado fronteras y el fútbol siempre fue el lenguaje universal en cualquier sitio del globo terráqueo. En Daca, la capital bangladesí, decenas de miles de personas han vibrado constantemente con los encuentros del combinado de Lionel Scaloni.
La pasión que ha generado Messi y la Albiceleste generaron que el canciller de Argentina, Santiago Cafiero, anuncie que «se impulsará el proyecto de reapertura de la embajada en Bangladesh, cerrada desde 1978». Sin dudas, otro gol del deporte que une al mundo entero.