El Bosque fue clausurado tras la muerte de un hincha de Gimnasia

Día negro para el fútbol argentino. Anoche lo deportivo pasó a un segundo plano y el pánico, la angustia y la conmoción se llevaron el protagonismo en La Plata. El partido entre Gimnasia y Boca, correspondiente a la 23ª jornada de la Liga Profesional, tuvo que ser suspendido a los nueve minutos del primer tiempo cuando una represión policial se desató a las afueras del estadio.

Ante la importancia del partido, los hinchas del Lobo colmaron el Bosque, por lo que hubo quienes se quedaron afuera, inclusive socios que intentaron ingresar mostrando su carnet y entrada. Aquellas personas se enfrentaron en los distintos accesos con la policía, que reprimió con balas de goma y gas lacrimógeno, el cual ingresó al campo de juego y afectó a jugadores, cuerpo técnico y terna arbitral, además de los fanáticos presentes en la cancha.

Con el gas rondando por el aire y las personas abarrotándose contra el alambrado, el árbitro del encuentro, Hernán Mastrángelo, se vio obligado a detener la actividad por falta de garantías. Las puertas del Juan Carmelo Zerillo tardaron en abrirse y la gente comenzó a ingresar al césped en la desesperación por alejarse de la nube química. Mientras tanto, afuera, caos y guerra. Las balas de goma circularon como moneda corriente y nadie se salvó.

Entre tanto insulto y grito de por medio, la palabra tragedia comenzó a hacerse eco en las inmediaciones del Lobo, hasta que sucedió lo menos deseado: la muerte de un hincha. A los 57 años, un simpatizante de Gimnasia falleció de un paro cardíaco. César Gustavo Regueiro se descompensó en medio de la reprensión y, lamentablemente, no llegó con vida al Hospital San Martín de La Plata.

La pérdida de “Lolo”, como se lo conocía, generó que las autoridades clausurasen el Juan Carmelo Zerillo. A la espera de la resolución del partido, fue Eduardo Aparicio, titular del Aprevide, quien confirmó la noticia de que Gimnasia no podrá ser local en su estadio hasta nuevo aviso.

Asimismo, el funcionario confirmó que el partido entre Gimnasia y Boca no se va a jugar el viernes 7 de octubre como se preveía dada la gravedad de la situación. “No se juega de ninguna manera”, ratificó. “La cancha estaba al cien por ciento. Había 10 mil personas queriendo entrar y el accionar de la policía fue fuerte”, lamentó Aparicio, además de aclarar que los graves incidentes y el accionar de la policía en La Plata se encuentran en “proceso de investigación”.