La Federación Ecuatoriana de Fútbol no pudo frenar la convulsionada situación que vive y le sumó un nuevo capítulo a su telenovela. Algunas irregularidades en poco más de un año de mandato generaron la destitución de Francisco Egas como presidente pero, en un Congreso Extraordinario virtual en plena pandemia se decidió nombrar a Jaime Estrada como su sucesor.
Si bien dicha reunión se hizo a través de la famosa aplicación llamada Zoom, un juez de la provincia de Pichincha había prohibido que se sesione. Lo cierto es que quince miembros de la FEF no hicieron caso a dicha solicitud y reafirmaron al nuevo mandamdás de las cuestiones futbolística del país de la mitad del mundo.
No obstante, el 1 de mayo, momento en el cual se realizó el Congreso Extraordinario, Esteban Paz, líder de la Liga Deportiva Universitaria de Quito, se ausentó y en sus redes calificó el encuentro como «un circo». A su vez, el presidente del Albo manifestó que en Ecuador había motivos muchos más importantes para preocuparse. Disparó primero y, claramente, no tardó en recibir respuesta. Sin dudas, conflicto en puerta.
Los encargados de manejar las riendas del Emelec, Nassib Neme, y del Club El Nacional, Darlin Vallecilla, así como también el argentino ex Independiente y Platense, Carlos Alfaro Moreno, quien conduce al Barcelona, mostraron su enojo por los dichos de su colega liguista. Hoy mismo, las cuentas oficiales del Bombillo, el Canario y el Elenco Militar, destacaron que «esto que usted llama circo lo está generando la polémica del directorio al cual Usted auspició y por el cual su club votó».
Entre las irregularidades que se elevaron ante FIFA en Suiza y que destituyeron a Egas, se encontraba la falta de claridad en los números del contrato de Jordi Cruyff como director técnico de la Selección Mayor. El nacido en Holanda e hijo del astro de la Naranja Mecánica, firmó un contrato de más de 2 millones y medio de dólares anuales para él como para su cuerpo técnico mientras que, el encargado deportivo, Antonio Cordón se llevaba poco más de un millón ochocientos de billetes gringos cada doce meses de trabajo.