«Nada quiero para mí, todo para vosotros» dijo quien haya sido dos veces presidente del Ecuador, Eloy Alfaro. Tranquilamente podría tratarse también del testimonio de otro Alfaro, en este caso Gustavo, quien dejó la tranquilidad de su Argentina natal para asumir el compromiso de conducir las riendas balompédicas de la Tri tras el fallido paso del holandés, Jordi Cruyff.
El hijo del astro europeo había estampado la rúbrica para ser el DT del seleccionado ecuatoriano de fútbol en enero de 2020. Sin conocer a sus dirigidos, y con un contrato que generaba más dudas que certezas, el nacido en Ámsterdam jamás regresó de España debido a la pandemia del coronavirus y decidió rescindir su vínculo con la Federación. Durante siete meses tuvo el mejor trabajo del mundo: no hizo nada.
En el afán por conseguir quien se haga cargo de la Tri, y con una danza de nombres que incluía por ejemplo hasta a Héctor Cúper, fue otro argentino quien consiguió el puesto. Lejos de ser el primer criollo en tomar semejante responsabilidad, «Lechuga» tendrá la labor que alguna vez supo honrar Jorgé Célico y Gustavo Quinteros.
«El profesor Gustavo Alfaro y su cuerpo técnico serán nuestros conductores durante la Copa América 2021 y el camino a Qatar 2022» destacó en conferencia de prensa, Francisco Egas. El ingeniero, a su vez, añadió que «el fútbol tiene una enorme responsabilidad con todo el que apuesta por una pelota para salir adelante, más allá de jugar en la cancha».
Así también, el otrora DT de Boca, Arsenal, Quilmes, y Huracán, entre otros, dijo sus primeras palabras como director técnico de la Selección de Ecuador. «Es un enorme orgullo y placer asumir este desafío, esta linda posibilidad que me ofrece la FEF» arremetió el argentino quien apostó en grande y declaró también que su compromiso estará volcado en poner toda su «capacidad y dedicación por tratar de ayudar a mejorar las condiciones que el país tiene».