El Celeste de Río Cuarto ganó un verdadero partidazo en el oeste del Gran Buenos Aires y quedó provisoriamente como líder del grupo junto a Atlanta en el cierre de un 2019 inolvidable para los Leones. El Gallo, lo tenía dominado y lo ganaba por la mínima pero en el cuarto de hora final lo terminó perdiendo por 3 a 1 producto de un hat-trick del indomable Bruno Sepúlveda.
Increíble el encuentro que dejó escapara del Deportivo Morón. Con un gol del nacido en Suiza, Kevin Gissi, los hombres de Arnaldo Sialle triunfaban en el Nuevo Francisco Urbano y le habían encontrado la vuelta al planteo de Estudiantes de Río Cuarto. Sin embargo, una serie de desatenciones y reproches defensivos por doquiera acabaron dándole una enorme alegría a la escuadra de La Docta.
El primer tiempo tuvo una buena versión de la visita que se fue apagando con el correr de los minutos. Dos zapatazos de Álvaro Cuello, uno apenas desviado y el otro salvado providencialmente por Julio Salvá, fueron parte de la muestra gratis del Celeste que incluyó además un remate del zaguero por izquierda, Lautaro Formica, que se fue besando el parante diestro del arco local. El dueño de casa, cuando empezó a hacer contacto entre el mediocampo y la delantera, encontró a Gissi muy atento quien tuvo una de las más claras del capítulo inicial con un testazo que Adrián Peralta desvió al tiro de esquina volando como un superhéroe.
En la complementaria Gissi se transformó lentamente en la manija del dueño de casa. El nacido en Ginebra llegó con peligro, asistió a compañeros, y tanta confianza lo llevó a abrir el marcador cuando iban 22 del primer tiempo. El eterno Damián Akerman recibió una enorme asistencia de Ezequiel D´Angelo, desbordó por derecha y envió el centro para que el ex Sant Andreu de España pudiese empujarla y batir la resistencia de Peralta.
El Gallo ganaba y empezaba a mezclarse en puestos de Copa Argentina. Encima el control del juego era total para los de «Cacho» Sialle hasta que, diez minutos después del 1 a 0, llegó la estrepitosa debacle. Un lateral en mitad de cancha agarró completamente dormido a quien iba triunfando. Yair Arismendi le pasó rápido la caprichosa a Lucas Suárez que movió de manos a pura velocidad y Sepúlveda corrió sin marcas durante 50 metros para igualar el pleito en el Nuevo Francisco Urbano.
Enojados entre sí, los defensores y mediocampistas locales bajaron los brazos y le entregaron prácticamente el partido a su rival. Un contragolpe formodible que partió de los pies de Arismendi, pasó por los botines el autor del triplete que dejó en ridículo a Valentín Perales y tocó para Martín Peralta que abrió el juego para Alejandro Cabrera. El diez del Celeste podía cerrar la obra de arte pero optó por una caricia más y Sepúlveda, frente al arco, tomó su tiempo para hacer una pausa, desparramar a Salvá y marcar el 2 a 1 cuando iban 38 del complemento.
El Gallo, lejos de soñar con el empate, siguió regalando espacios en el fondo. Así le anularon el tercero a Sepúlveda que rápidamente tuvo revancha ya que Leonel Ceresole, en tiempo adicionado, apuró un tiro libre aprovechándose de la siesta indescriptible del dueño de casa y encontró al número once que en el vértice del área grande le entró de primera para guardar la redonda contra la base del poste derecho de Salvá y poner cifras definitivas en el oeste del Gran Buenos Aires.
Estudiantes de Río Cuarto, que estuvo a un cuarto de hora de volverse a Córdoba con las manos vacías, demostró porqué es líder junto a Atlanta y le encendió velas a Platense que también buscará la cima del grupo. Deportivo Morón pasó de la fiesta del 1 a 0 a los silbidos del 3 a 1 en su contra. Esta vez no cantó el Gallo sino que rugieron los Leones.