Las campañas de Comunicaciones y Español no ayudan y menos si la lluvia se entromete entre ambos equipos. El fútbol jamás apareció en Agronomía y los noventa minutos fueron pasados por agua. Escasas situaciones, pocas emociones y más fricción por el terreno de juego embarrado que otra cosa. El cero le quedó bien al encuentro.
Tal vez, el Gallego se movió más en la primera etapa pero no llegó a inquietar demasiado a Fernando Otarola. La mitad de la cancha pasó a ser el sector del terreno de juego más transitado y así todos se aburrieron. Pelotas divididas por doquier y la gente más preocupada por no mojarse que por otra cosa. El cartero buscó con sus armas aunque chocó con su falta recurrente de ideas, sólo llegó con un tiro libre de Banegas, que tapó muy bien De Maneses. Las únicas atracciones o sucesos importantes fuero las lesiones tempranas de Franco Romero y Ramiro Fergonzi y aunque no lo crean no sucedió nada más. Algunas ocasiones se crearon en el complemento. La visita estuvo cerca con una pelota que Ramella le sacó a Parisi y nunca más asomó al arco de Otarola. El local respondió sin resultados por intermedio de Staino y Vacaría. ¿Adivinen cómo terminó? Y sí, nadie se equivocó en defensa y el resultado quedó en cero.
El fútbol dejó varias cuentas pendientes pero la lluvia no permitió saldarlas. El campo mojado impidió el normal desarrollo del juego y fue más protagonista que los 22 hombres en cancha.