La famosa frase del glorioso Bugs Bunny no cayó en gracia en la noche de Illinois cuando, un doblete de Bunbury le dio a los Revs el triunfo por 2 a 1 sobre los del Fuego en el mítico Soldier Field que fue cuna del inolvidable Mundial de los Estados Unidos allá por 1994.
Por esas cosas del fútbol Chicago Fire no pudo derrotar a New England Revolution en condición de local. El equipo del suizo, Raphaël Wicky, hizo méritos, tuvo la caprichosa, generó ocasiones, pero la efectividad del elenco conducido por Bruce Arena fue un baldazo de agua fría para los de Illinois que quedaron sumergidos en el anteúltimo lugar de la tabla de posiciones.
Es cierto que la visita pegó muy rápido en el Soldier Field y, esa clase de cachetazos, duelen mucho hasta que pase el ardor. Iban 2 minutos cuando la visita abrió la cuenta en una linda acción colectiva. Adam Buksa peinó una pelota que fue a buscar Thomas Mc Namara, el estadounidense tenía ángulo para pegarle pero optó mejor y descargó para la entrada de Bunbury que, en soledad, definió más tranquilo y clavó el 1 a 0.
Chicago Fire salió como los bomberos a apagar su propio incendio. Matt Turner le tapó un cabezazo a quemarropa de Elliott Collier antes del cuarto de hora pero no pudo hacer nada cuando, en la segunda jugada de un tiro de esquina, Miguel Navarro lanzó un misíl rasante que halló los botines de Fabian Herbers y, el alemán, en una posición inmejorable, le empató el encuentro a New England Revolution.
Los locales siguieron yendo al frente. El argentino, Ignacio Aliseda, se engolosinó en una buena ocasión y, luego, el español, Álvaro Medrán no llegó a puntear en un mano a mano que terminó ganando Turner. Justamente el ex Real Madrid y Rayo Vallecano contó con otro par de ocasiones antes de irse al entretiempo pero su tiro por lo bajo quedó en los guantes del guardameta mientras que, el otro, a colocar, salió cerca del caño izquierdo del arco visitante.
Los del Fuego estuvieron cerquísima de anotar el segundo en el inicio de la complementaria gracias a una corrida de Collier que llegó sin resto y la mandó a las nubes. En la contra, Gustavo Bou arrimó peligro para los Revs a través de un lindo zapatazo a colocar del ex Racing que se fue ancho. El período final empezaba con todo pero más tarde se iría apagando.
Los de Wicky probaron un cabezazo del costarricense, Francisco Calvo, parecían ser más punzantes, pero de la nada, cuando iban 8 minutos, Bunbury recibió por el carril derecho, levantó la cabeza, y el centro que pareció mandar terminó cerrándose para caer por detrás de Bobby Shuttleworth y poner cifras definitivas en la noche de Illinois.
Chicago Fire, sacando un tiro libre de Medrán que desvió con las yemas Turner, estuvo muy lejos de empatarlo y se entregó a otra noche para el olvido sobre todo en la última media hora del cotejo. New England Revolution con el 2 a 1, producto de un doblete de Bunbury, trepó peldaños en la conferencia y con total soberbia se atrevió a preguntar. «¿qué hay de nuevo, viejo?»