Era la primera vez que se veían las caras el Tambero y el Candombero. Historias distintas, devenidas en realidades que permitieron este encuentro, y la expecativa que generan esos roces iniciales. Se estudiaron mucho, los dos tuvieron el protagonismo necesario, pero los de Isla Maciel fueron más bruscos y el tiempo le dio la razón al dueño de casa que gozó con el 3 a 1 final.
San Telmo necesitaba una victoria para no perderle pisada al líder del campeonato que era, ni más ni menos, que su eterno rival, Sportivo Dock Sud. Enfrente estaba Cañuelas que había sumado tan sólo siete puntos de los últimos 39 que hubo en juego y, la continuidad de su entrenador, Osvaldo Ruggero, pendía de un hilo.
Desde el arranque, en la gélida tarde bonaerense, sendas escuadras se prestaron la pelota. Sin embargo el Tambero era más claro a la hora de generar peligro en el área contraria. Un cabezazo de Andrés Guzmán al segundo palo y, un disparo de Mauro Boaglio que Sebastián Anchoverri salvó justo con los pies, fueron las acciones de riesgo con las que contaron los locales en la primera media hora del encuentro. El equipo de Jorge Franzoni, en cambio, trasladaba el esférico pero sin inquietar a la valla rival.
El envión ofensivo de Cañuelas dio sus frutos porque a los 34, Boaglio, la figura indiscutida de la cancha, se metió dentro del rectángulo mayor, ganándole la posición a su marca, y remató contra el primer palo. El esférico se desvió, descolocó al guardameta visitante y, de esa forma, el equipo de Ruggero logró abrir el marcador en el Jorge Arín.
Con el 1 a 0 aún fresco, la tarde se la autocomplicó San Telmo. Porque ni bien movieron del medio los de Franzoni, Jorge Roa Jiménez derribó a un rival sin pelota, y Juan Ledo le mostró la tarjeta roja directamente para dejar a los de Isla Maciel con un hombre de menos. De esa manera, lleno de problemas, la visita se fue al descanso. Y en el entretiempo trabajó muy bien el tema táctico y técnico para poder cambiar la imagen radicalmente.
Entonces el comienzo de la complementaria fue prácticamente un monólogo del Candombero. A los 2 minutos, Claudio Galeano levantó la cabeza y asistió magistralmente a Cristian Leiva que, por el flanco derecho, sacó un potente remate cruzado para estampar el 1 a 1. Y la marcha no amainó para el visitante que, comandados por su número ocho, pusieron en aprietos al Tambero hasta que el tiempo le terminó devolviendo la felicidad al dueño de casa.
Aguantó Cañuelas. No se desesperó. Sabía que había que esperar para disfrutar en la primera vez que se cruzaban ambos y que, el ritmo que imponían los otros, tarde o temprano les iba a favorecer. Así fue como se fue expulsado Matías Correa por doble amarilla y, luego, salió lesionado Galeano para dejar completamente desarmado a San Telmo.
El local aprovechó en el último cuarto de hora, apretó el acelerador y aplastó a su contrincante. A los 37 llegó un desborde de Matías Meza que le puso un centro preciso a la cabeza de Guzmán que no perdonó cara a cara con Anchoverri. Con el 2 a 1, la contienda se puso brava porque el Candombero emocionó con su orgullo y fue a buscar el empate casi sin recursos pero Sebastián Gambetta se lo ahogó a Alberto Martínez mientras que el local dilapidaba contragolpes al por mayor.
En tiempo de descuento Néstor Ruefli no toleró la derrota, pegó sin pelota y se fue expulsado. Y a los 49, Boaglio armó una jugada maradoniana e inolvidable para cerrar esta primera vez con un gol de otro planeta. Así fue el 3 a 1 definitivo para Cañuelas que gozó y pudo cortar con una sequía que arrastraba hace tres semanas. San Telmo le perdió pisada a los puestos de vanguardia, terminó con ocho jugadores y se fue con muchos interrogantes tras la cita inicial entre ambos.