En la fecha del tan ansiado regreso de la actividad de ascenso en el fútbol argentino, el «Trico» y el «Albo» empataron sin goles por la Zona B Reválida. El estadio Lorenzo Arandilla fue locación de un cotejo en el que primó la disputa por el balón en la mitad del campo, y las ocasiones de gol fueron escasas. ¿Los más destacados? los arqueros de ambos elencos. ¿El momento de máxima emoción? el homenaje a Diego Armando Maradona en la previa del partido.
A pesar de los pocos remates y llegadas hacia las respectivas vallas rivales, los protagonistas dentro del verde césped generaron múltiples situaciones polémicas. Sin ir más lejos, en la segunda etapa, el referee del encuentro, Ramiro López, pitó penal a favor de los locales. El encargado de capitalizarlo fue Joel Martínez (que se tuvo fé y le pidió el esférico a Nicolás Sánchez): el héroe fue Joaquín Pucheta. El portero del equipo blanquinegro atajó de manera determinante un balón que quemaba en la tarde de Adrogué.
El reloj avanzaba, y el rendimiento de los futbolistas en cancha mermaba. Las patadas desmedidas y los pelotazos a la nada se adueñaron de la dinámica de ambos equipos, cerrando el telón con un rotundo 0-0 que dejó inconforme tanto a Pablo Vicó (que se mostró eufórico con varias decisiones arbitrales) como también a «Pepe» Romero. Ante la habitual y desoladora imagen del estadio vacío, los hinchas del elenco local rompían el silencio con cánticos desde los alrededores del Arandilla (algunos, incluso observaron el cotejo subidos a los postes de luz). Volvió el ascenso.