Sábado 23 de mayo. Luego de la victoria del escolta Borussia Dortmund por la mañana, el flamante puntero, Bayern Múnich se encontraba obligado a ganar ante un Eintracht Frankfurt que tiene un presente completamente irregular a lo largo de la actual Bundesliga.
Por la fecha número 27 de la Bundesliga (la segunda post-parate por la pandemia), el equipo más ganador del fútbol alemán se encontraba ante una prueba de fuego para seguir manteniendo el liderazgo. Enfrentaba al siempre molesto y difícil Eintracht Frankfurt, que debido a su complejo día a día se encuentra intentando evitar los puestos más bajos de la tabla de posiciones.
El entretiempo mostraba un marcador 2-0 a favor del local. La goleada era inminente. El Allianz Arena vacío era espectador de un juego que parecía estar definido antes de jugarse un complemento. El inagotable Thomas Müller jugó unos primeros 45 minutos de ensueño y fue fundamental para concretar los primeros dos tantos del choque.
A los 16 minutos, el eterno jugador alemán desbordó por la izquierda a una velocidad envidiable y habilitó con su pierna menos hábil (gran gesto técnico) a León Goretzka, que ingresando por el punto del penal sacó un bombazo que dejó sin ningún tipo de chances a Kevin Trapp.
A los 40, Davies también escaló por el sector izquierdo del ataque «Bávaro» y metió un centro preciso y profundo, que Thomas Müller controló en dos tiempos para luego definir de pique al suelo.
Comenzando el complemento, todo parecía correr un curso previsible. Al minuto del arranque, Coman desbordó y puso la pelota casi sin mirar en el centro del área. Y como las dos veces que anteriormente esto había sucedido, la jugada acabó en gol. Ésta vez fue Robert Lewan»gol»ski (así lo llaman) quien dio el golpe decisivo a la hora de enviar a la número 5 directo a la red. Un cabezazo mortal al centro de la valla, que dejó al guardametas descompensado y totalmente rendido.
Partido liquidado. ¿Partido liquidado?….no. A los 52 minutos de partido, aparecería un personaje particular en la tarde de Múnich: Hinteregger. El central izquierdo de los de Frankfurt ganó la posesión del balón en un córner con su cabeza, la bajó y fusiló a Neuer. Luego, a los 55, otro tiro de esquina…¡Gol del Eintracht!. Una vez más el defensor aprovechó su altura para ganar en las alturas, ahora metiendo un frentazo determinante que se metió en la meta del portero de la selección alemana con una potencia sorprendente.
3-2 y la esperanza volvía a renacer para las «Águilas». El doblete de Hinteregger devolvía un poco de aire a aquél elenco golpeado por la intensidad de la delantera del Múnich. Pero los problemas defensivos no se fueron. En dos malas resoluciones en el fondo, el Eintracht perdió el encuentro: primero fue Davies a los 60 minutos, quien forzó el error de los muchachos de Frankfurt y definió ante un Trapp que casi no ofreció resistencia y terminó arrodillado mirando al cielo, desconsolado por las desatenciones defensivas de sus compañeros.
El 4-2 parecía opacar la buena remontada anímica que había tenido el equipo, especialmente motivados por la capacidad ofensiva del inesperado goleador del día: Hinteregger. Pero justamente quien había sabido dar esperanza, se encargaba de sepultar el marcador a favor del rival. Gol en propia meta por parte del central de Frankfurt. Una especie de blooper que da la sensación que podía haberse evitado. Llegó el quinto a los 74 minutos y lo que siguió fue puro dominio del local.
¿Las claves? la jerarquía de un lado, y los errores defensivos del otro. La jerarquía, capacidad técnica y experiencia del Bayern Múnich es algo que lo sitúa entre los mejores equipos del mundo entero. Y hoy fue fundamental para lograr los tres puntos, concretando las posibilidades que tuvo y creando dichas posibilidades a pesar de lo que el rival imponga desde lo físico. Mientras que el Eintracht dejó en claro que deberá cambiar la forma de afrontar los partidos en el sector defensivo: la fecha pasada sufrió de los mismos tipos de inconvenientes. Su forma de marcar a los rivales pareciera ser inapropiada incluso a simple vista: jugadores como Müller o Lewandoswski no pueden desarrollarse tan libres dentro del área, teniendo en cuenta su potencial ofensivo. A su vez, desatenciones y pases a la nada, son moneda corriente en el juego de las «Águilas».
Fue final 5-2 a favor del local, que espera enfrentar en la siguiente fecha al escolta Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park. El elenco de Lucien Favre no le pierde pisada a los punteros, pero los de Múnich se encuentran en un nivel excepcional…¡Qué «Bávaros»!.