El trofeo volvió a las vitrinas catalanas. Un título que no conseguían desde 2018 se le dio en la noche asiática del domingo cuando la escuadra Culé volcó un ballet de fútbol para golear por 3 a 1 a un desbidujado Merengue.
Barcelona fue un justo ganador en el King Fahd Stadium. Por posesión, por oferta futbolística, por aprovechar los errores del rival para imponerse en un derbi y conquistar la Supercopa de España que tanto añoraban.
Como todo clásico, el primero que pegaba tenía doble chance. Así fue como los de Xavi anotaron el 1 a 0 apenas pasada la media hora inicial. Antonio Rüdiger arriesgó en salida, perdió y en una rápida respuesta Pedri abrió con Robert Lewandowski para que el polaco asista a un Gavi que no falló en el mano a mano.
Real Madrid necesitaba que termine el primer tiempo pero el mismo acabo de la peor manera para los de Carlo Ancelotti. A un toque y con un juego veloz, Sergio Busquets cedió para Frenkie de Jong y el neerlandés para Gavi. El autor del primer tanto no fue egoísta y se la dio a Lewandowski que frente a Thibaut Courtois no falló.
El Merengue adelantó líneas sabiendo que no tenía otra alternativa en Arabia Saudita. Así llegó la estocada final Culé en una trepada de Lewandowski. La Casa Blanca retrocedía a contrapierna, Gavi mandó el centro por izquierda y Pedri conectó en el medio del área para colocar la frutilla de la torta.
Los de Ancelotti al menos pudieron decorar la derrota con un agónico tanto de Benzema cuando se jugaba el tiempo de descuento. Tal vez, esa fue la única mancha de un elenco catalán que de todos modos celebró el clásico hasta el hartazgo.
Real Madrid, perdiendo el rumbo en La Liga encendió una alarma con esta derrota estrepitosa que le privó el primer título del 2023. Barcelona goleó 3 a 1, brilló en cancha, se quedó con el derbi y también volvió a besar el trofeo de la Supercopa de España.
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