El Galo se impuso por 2-1 ante el Canalla con los goles de Gustavo Scarpa y Paulinho para continuar con puntaje perfecto. Ignacio Malcorra había empatado transitoriamente. Hubo polémica en el final por un penal que no le dieron a los rosarinos.

Los dos habían ganado en la primera fecha. Era el partido para sacar una leve ventaja y estar más tranquilo en las próximas jornadas. Y en un duelo caliente, Atlético Mineiro terminó superando a Rosario Central por 2-1 por el grupo G de la Copa Libertadores.

El Canalla se plantó cerrado y con las líneas juntas para tratar de cortarle los caminos al Galo que tomó control de la pelota durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, el único que se mostraba fino cuando la tocaba era el experimentado Hulk.

El brasileño de 37 años probó con un remate que buscó sorprender a Jorge Broun que tuvo que controlar en dos tiempos. Luego, entre varias camisetas blancas (jugó con la suplente la visita), abrió para Gustavo Scarpa con un pase milimétrico y volante remató al segundo palo para abrir el marcador.

El arranque del complemento cambió la cara. “Fatura” tuvo revancha ante Scarpa y le sacó el segundo. Del otro lado, Jaminton Campaz desbordó, tiró el centro, Ariel Cervera la punteó y Éverson evitó el empate con la pierna.

Con el correr de los minutos, se fue pinchando el ritmo. Miguel Ángel ruso movió el banco y le dio otra cara al equipo. Lautaro Giaccone hizo la pausa en el área para descargar para Ignacio Malcorra y el “10” la clavó en el ángulo para emparejar el cotejo.

No le duró mucho el festejo. Apenas movió del medio, el conjunto brasileño armó una gran jugada colectiva y Paulinho volvió a marcar la diferencia con una gran definición. Fue un mazazo para los rosarinos que trataron de ir nuevamente por la igualdad. Lo tuvo Giaccone y la pelota rebotó en un defensor. En el final, todo el Canalla quedó caliente con el árbitro por un posible penal que no sancionó por un golpe sobre Facundo Mallo.

Atlético Mineiro sigue firme en el grupo con puntaje perfecto. Rosario Central se quedó con las manos vacías de su visita a Brasil.