Almagro volvió a amargar a Atlanta como en la temporada 2012/2013 y le sacó la esperanza por el ascenso al Nacional B. En Villa Crespo, el tricolor se alzó con el triunfo por 2 a 1 en un partido atípico que estuvo parado casi 20 minutos por esperar la ambulancia que llevó al un golpeado Maraschi al Hospital Tornú. En diez minutos se mataron a goles y a emociones e mostraron más emociones que en todo el tiempo anterior. Ahora, los de José Ingenieros se toparán con su clásico rival -Estudiantes de Buenos Aires- en el Ciudad de Caseros.
En Villa Crespo hubo clima de final. El fútbol no apareció en su mejor expresión y ambos equipos lucharon más de lo que jugaron. El bohemio dominó más tiempo el balón y a través de centros para Pedrozo o Bonfigli intentaron abrir el marcador. Lo del Tricolor fue más simple: con sus hombres rapiditos -Arce y Cháves- y la referencia de área -Altamirano- realizaron contras interesantes pero ninguna con un destino peligroso. Los primeros cuarenta y cinco minutos pasaron sin pena ni gloria.
La fricción, el juego brusco y los cruces en ciertos pasajes calentaron el partido y por eso se dedicaron más a pelear, dejando en claro que lo que se jugaba era una final. Lo inusual pasó a diez minutos del final: Maraschi no llegó a conectar una pelota a la red, chocó con el arquero de la visita, Agustín Gómez, y sufrió un traumatismo de cráneo. La ambulancia ingresó al campo, lo atendió y lo llevó al Hospital Tornú para la correspondiente atención. Como dice el reglamento, sin ambulancia no puede jugarse y entonces se esperó aproximadamente veinte minutos hasta la llegada del vehículo. Con la llegada del mismo y aunque no lo crean, pasó más en el tiempo restante que en los ochenta minutos jugados anteriormente. Los dirigidos por Fernando Ruiz pasaron al frente por un error del arquero bohemio. Ronconi mandó un centro desde la derecha, el Vasco Aurrecochea pensó que se iba y se le colgó del ángulo. La alegría visitante duró poco: el bohemio encontró su jugada con un mano a mano y remate de Bonfigli y la corrección de Lucas Mancinelli para empatar la historia. Parecía que todo se definía en los penales pero cuando nadie lo esperaba se hizo el presente Jorge Altamirano con un remate frío y calculado al palo derecho de Aurrecochea para el delirio del plantel y de los allegados de la visita.
El Tricolor ganó una verdadera batalla campal en Villa Crespo. El coraje y las ganas prevalecieron sobre el fútbol pero la historia se volvió a repetir como en la 2012/2013. Almagro dejó afuera a un siempre candidato como Atlanta y en Villa Crespo. Las semifinales quedaron definidas y le tocará bailar con la más fea: Estudiantes de Buenos Aires. ¡Es un clásico!