ARGENTINA: ¿POR QUÉ COMIZZO?

La fractura de tibia y peroné sufrida por Nery Pumpido ante la Unión Soviética le abrió las puertas a un nuevo arquero para integrar la Selección Argentina en Italia 1990. Y si bien Carlos Bilardo ya había barajado otros nombres en ese puesto durante los amistosos anteriores, se volcó esa misma noche por Ángel David Comizzo.

El hombre de River viajó a sabiendas que no le tocaría ingresar siquiera un minuto. El entrenador, cuando armó el plantel de Argentina para la Copa del Mundo, tenía bien en claro quién era el titular. Y de hecho sus intenciones eran tener a Luis Islas de suplente y a Sergio Goycochea como tercer reemplazo.

Frente a este panorama, el «Vasco» le había pedido a sus padres que por favor grabasen en VHS cada vez que arrancaban los encuentros para, el día de mañana, poder mostrarle a sus hijos que había estado en un Mundial. Lo que nunca se imaginó el oriundo del norte de Buenos Aires era que Islas se negaría a ser segundo y que esa plaza le correspondería a él. Mucho menos pensó que le tocaría entrar tan rápido y quedar con la obligación de ser la primera alternativa de Bilardo.

El «Narigón» todavía tenía que llamar un guardameta más. Y antes que convocar a Fabián Cancelarich, pensó en alguien con quién el ya tenía confianza. Julio Falcioni era la persona indicada para llenar esa plaza. Sin embargo, el DT se echó atrás a fines de 1989 cuando el campeonato se suspendió en Colombia por el asesinato de un árbitro que pitó en contra del Independiente Medellín de Pablo Emilio Escobar.

La falta de ritmo de «Pelusa» que recién había vuelto al trabajo algunos meses antes de Italia 90, lo sacó de la lista. Eso sí, apostó por Goycochea que también atajaba en tierras cafeteras. Era uno de esos fetiches que cada entrenador tiene y, en este caso, acertó con el pleno por el «Vasco». La camiseta número 22 se la dieron finalmente a «Teresa» Cancelarich que atajaba en Ferro y, hasta ese entonces, ya no había más problemas.

Sin embargo, en el arranque del partido contra Unión Soviética, Pumpido le tapó un buen mano a mano a Oleg Protasov. En esa salida del otrora Unión de Santa Fe, impactó su pierna con la de Julio Olarticoechea que intentaba cerrar al delantero rival. Y con todo el envión, la tibia y el peroné del guardameta se fracturó con la firmeza del hombre de Racing en su férrea acción defensiva.

Conociendo que no podría seguir concentrado con la Selección, quien vestía el uno de Argentina regresó al país y siguió viendo Italia 90 por TV. Ya a esa altura Falcioni no iba a ser llamado y, la situación con Islas, no tenía vuelta atrás. Entonces sonó el teléfono en la casa de Ángel David. Y Comizzo voló hacia Nápoles para alistarse y colgarse al final del viaje la medalla plateada que no estaba en sus planes.

Acerca de Marcelo Patroncini 20459 Articles
Nació en agosto de 1982. Leonino y soñador. Desde chico jugaba a ser periodista con la máquina de escribir que había en su casa. Amante del fútbol, la gastronomía y los viajes. En 2005 fundó Vermouth Deportivo junto a Fran Alí.
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