Una de las tantas locuras de Carlos Salvador Bilardo en el armado de sus equipos tuvo un final tan triste como inesperado un 20 de mayo de 1990, hace exactamente tres décadas, y en vísperas de la Copa del Mundo. Jorge Valdano se había retirado de la actividad deportiva algunas temporadas atrás pero el «Doctor» lo incentivó para que volviera a ponerse a punto, disputar la cita máxima con la Albiceleste, y finalmente quedó fuera de la lista de buena fe.
El delantero santafesino, ídolo del Real Madrid, había sufrido una hepatitis que lo marginó por buen tiempo de la competencia. Su nivel, post México 86, no era siquiera el que había mostrado en el Merengue ni en la Selección Argentina. Y, en el invierno europeo de 1987, tras un partido en la ya desmembrada Yugoslavia, su carrera tuvo un final abrupto a pesar de tener 31 años.
La Albiceleste era un trastorno ofensivo y el calendario le ponía por delante la obligación de defender el título en Italia 90. Sólo Claudio Paul Caniggia seducía realmente al cuerpo técnico que probó con varias alternativas en el ataque pero no se conformaba con ninguna. De hecho, al Mundial llevó a Abel Balbo, Gustavo Dezotti, y Gabriel Calderón para acompañar al «Pájaro» en una delantera tan carente de goles como poco valorada por el público.
Por eso mismo Bilardo, en 1989, llamó por teléfono a Valdano para sugerirle una idea de esas descabelladas que sólo el «Narigón» podía elucubrar. La ideal del «Doctor» era que el ex Zaragoza y Real Madrid se pusiera a punto nuevamente para evaluarlo y sumarlo al plantel que viajaría a la Copa del Mundo. Oportunidades le dio, pero lo bajó 19 días antes del debut.
«Arranqué y todavía me falta, pensar que hace un año no me imaginaba esto» manifestaba el atacante santafesino al diario Clarín tras la derrota, en enero del noventa, frente al Mónaco que justamente tenía enfrente a quien debía ser, indiscutiblemente, el nueve de aquella Selección: Ramón Ángel Díaz.
Volvió a ser titular días más tarde en el 0 a 0 con Guatemala. Claramente su olfato goleador se había ido en aquella gélida noche cuando colgó los botines en el Merengue. Pero Bilardo confiaba y lo puso desde el vamos un par de meses antes de Italia 90 en un amistoso con Escocia. Argentina volvía a perder y a no marcar tantos. La mecha se achicaba.
El infortunio y la sequía continuaron cuando la Albiceleste venció por 1 a 0 al Linfield, un equipo de la Primera División de Irlanda del Norte. La diana de aquél encuentro la convirtió Néstor Lorenzo. Sin embargo, seguía concentrándose con el plantel y esperaba tener la oportunidad de ser uno de los 22 convocados para la máxima cita. Pero ya entrado en mayo sufrió una lesión que lo marginó de una prueba con Suiza. Una de las alternativas que manejaba el cuerpo técnico era tenerlo y usarlo solamente en la última media hora de cada cotejo.
Sin embargo, a la hora de presentar la lista de buena fe, el DT decidió borrar al ex delantero del Real Madrid. «Acepto, pero no comparto» dijo el santafesino al diario Clarín y añadió: «en una conversación corta y fría que tuve con Bilardo me comunicó la determinación de desafectarme de la Selección. Me dijo que no me veía en condiciones físicas para afrontar la exigencia de un Mundial, que hacía mucho que no competía y que, en consecuencia, quedaba fuera del grupo».
Los pasillos de aquél hotel que albergaba a la Selección Argentina deslizaron que hasta Diego Maradona discutió con el técnico por la determinación que había tomado. «No tengo nada que reprocharme. Tal vez en algún momento me exigí de más de más de lo que me resultaba posible, no dosifiqué el esfuerzo, me jugué entero por esto» disparó Valdano hace exactamente 30 años para luego cerrar con su famosa frase: «Pasé seis meses nadando y me ahogué justo cuando estaba por llegar a la orilla».
no soy DT pero entre dezotti, Calderón y Balbo no hacían un RAMÓN DÍAZ.