Hablar de cábalas y nombrar a Carlos Salvador Bilardo podrían ser sinónimos en la jerga futbolera. Si algo le salió bien al «Doctor», ese proceso había que repetirlo una y otra vez. Previo a México 86, la Albiceleste goleó a Israel y luego fue campeona del mundo, por ende, en vísperas de Italia 90 volvió a medirse con los asiáticos en un amistoso, hace exactamente treinta años, y con una nueva victoria sudamericana pero sin final feliz.
La noche del 22 de mayo de 1990, Argentina se presentó en Tel-Aviv para llevar adelante su último encuentro preparatorio para la Copa del Mundo. La suerte no venía del lado del «Narigón» que, otra vez, no encontraba el equipo pero apostaba claramente a que la fortuna lo acompañase como sucedió en tierras aztecas. Y, para no perder la costumbre, los de Azul y Blanco los recibieron en su casa.
Dentro de las locuras del «Doctor» se pudieron ver a Abel Balbo casi jugando en la posición de lateral derecho y a Roberto Sensini como volante ofensivo. El inodoro en la cocina y el microondas en el baño para muchos pero, a Bilardo se le había pedido perdón cuatro años atrás, y sus trabajos de laboratorio eran inimputables.
Al cuarto de hora inicial, Argentina ya había llegado con dos situaciones claras sobre el arco de Israel. Gustavo Dezotti dilapidó sendas oportunidades, una tras asistencia de Diego Maradona, y la otra rematando por encima del travesaño. Más tarde llegó una ráfaga de Sensini que sorprendió a todos. «Boquita» pinchó una pelota que, de entrar, hubiese sido una delicia pero el intento acabó en tiro de esquina. Y, a posteriori, el zaguero del Udinese le sacó astillas al vertical con un lindo zapatazo desde la medialuna.
Era todo de la visita en Tel-Aviv. El «Galgo» Dezotti volvía a desaprovechar una linda acción colectiva que iniciaron Maradona y Balbo. Pero, las que no entraron en un arco ingresaron en el otro. Los de Azul y Blanco batieron la valla de Nery Pumpido pero Vojtech Christov anuló la conquista de Nir Levin por un presuntó offside del atacante del KAA Gent de Bélgica.
A pesar que el marcador seguía 0 a 0, Argentina sintió el golpe y se dedicó a lastimar a su rival. Así fue como a los 35 minutos del primer tiempo, Maradona definió con clase tras triangular con Jorge Burruchaga, y rompió la paridad en tierras asiáticas. Sin embargo, la alegría duraría poco para los campeones del mundo puesto a que rápidamente llegó la igualdad de Israel. Moshe Sinai aprovechó una mala salida del elenco sudamericano y tocó para Tal Banin que estampó el 1 a 1 cuando iban 38 del capítulo inicial.
A los de Bilardo le costó más en la complementaria y eso descolocó a Carlos que, finalmente, encontró a su «Salvador» en el banco de relevos. Inexplicablemente Dezotti se lo perdió en la puerta del área chica y, más tarde, «Pelusa» tuvo un tiro libre en la medialuna que se fue por encima del travesaño.
La falta de gol y de potencial ofensivo hizo que el «Doctor» meta a Claudio Paul Caniggia en lugar del «Galgo». Y el «Pájaro» cumplió con creces ya que le bastaron siete minutos en la verde gramilla para conectar un centro de cabeza de Burruchaga y vulnerar la resistencia de Shamuel Gilardi. Recién allí, con el tanto de la victoria, volvieron las sonrisas en el plantel de la Albiceleste.
El fetiche estaba completo. Un 22 de mayo, hace exactamente 30 años, y previo a otra Copa del Mundo, Argentina derrotaba nuevamente a Israel. Esta vez no era por 7 a 2 como la de 1986 pero bastó con un 2 a 1 para ganar confianza de cara a Italia 90 que esperaba por el campeón y por un «Narigón» que, lleno de cábalas, dejaba Tel-Aviv con un alivio sumamente significativo.