La Albiceleste necesitaba un triunfo para recuperar sus expectativas en Italia 90 y lo consiguió en la segunda casa de Diego Maradona. Con todo a favor en Nápoles, el elenco de Carlos Bilardo se impuso por 2 a 0 frente al Ejército Rojo en una contienda donde le dieron una mano hasta los propios rivales de la escuadra sudamericana.
Las dos selecciones llegaban al estadio San Paolo obligadas a cantar victoria. Unión Soviética, subcampeona de Europa tras perder la final con Holanda dos años atrás, no quería que su último Mundial tras la famosa Perestroika pasara sin pena ni gloria. Argentina, en contrapartida, debía limpiar su imagen después del inesperado traspié con Camerún.
A la Albiceleste le dieron una mano sus propios jugadores, el destino, el árbitro y hasta sus compañeros. La lesión de Nery Pumpido y el ingreso de Sergio Goycochea a los 11 minutos del primer tiempo derivaron en la posibilidad de los guantes mágicos para que, a futuro, los de Bilardo pudiesen acceder a la final. Sin embargo, el ex River y Racing, no tuvo una actuación del todo firme ante los de Eurasia.
La siguiente ayuda llegó instantes después del reemplazo de guardameta. Oleg Kuznetsov conectó de cabeza un córner en el primer palo donde estaba parado justamente Maradona. Y así como el ´Diego´ usó su extremidad izquierda en México 86 para derrotar a Inglaterra, en Italia 90 tuvo que poner la derecha para evitar el tanto de la Unión Soviética que era más punzante que Argentina.
Sin embargo, antes de la media hora inicial, el elenco sudamericano abrió la cuenta en Nápoles. Un centro de Julio Olarticoechea por banda izquierda encontró la frente de Pedro Troglio que impactó con firmeza el balón y batió la resistencia de Aleksandr Uvarov. Primer gol de la Albiceleste en esa Copa del Mundo y llegaba por intermedio de un indultado mediocampista que jugaba en la Lazio.
El 1 a 0 los encaminó hacia el descanso y, en el arranque de la complementaria, todo pareció volcarse a favor de Argentina. Iban 3 minutos cuando Claudio Caniggia aceleró en la mitad de cancha y enfiló hacia el arco a pura potencia. Imparable, como estuvo en todo ese Mundial, el «Pájaro» fue derribado de atrás por Vladimir Bezsonov. El árbitro sueco, Erik Fredriksson, no dudó ni siquiera un instante, cobró el tiro libre y expulsó al ucraniano dejando a la Unión Soviética con diez jugadores.
Sin embargo, y a pesar de tener todo a favor, los de Bilardo seguían sin mostrar destello alguno en Italia 90. Carente de ideas, con un juego de mucha entrega pero sin potencial ofensivo, la Albiceleste empezó a pasarla mal. El Ejército Rojo comprendía que debía gastar sus últimos cartuchos, que el reloj ya no era su aliado, y que el adiós a la Copa del Mundo estaba cerca. Y así fue como avanzó con todo a por el empate.
Aparecieron las manos de Goyocochea para dar rebote en un mísil de Sergei Aleinikov y para, acto seguido, taparle un bombazo a Igor Dobrovolskyi. La Unión Soviética tenía contra las cuerdas a Argentina y así como también se lo perdía Igor Shalimov, entrando por detrás de todos en un córner, Jorge Burruchaga desperdiciaba la chance de liquidar el pleito con un contragolpe que pudo definir como quería.
Los de Bilardo necesitaban una mano más, algo que pudiese darles tranquilidad. Y la ayuda llegó por partida doble a diez del final. Fredriksson no le cobra a la Albiceleste un tiro libre en la puerta del área pero Kuznetsov, inexplicablemente, dio un pase a su propio área donde se hallaba la nada misma. Burruchaga, astuto, corrió más rápido que el resto, se adueñó de la pelota y castigó contra Uvarov para colocar cifras definitivas en Nápoles.
Unión Soviética empezaba a despedirse de la Copa del Mundo. Con dos derrotas precisaba prácticamente un milagro para acceder a octavos de final. Argentina, con dientes arpetados y mucho sacrificio, festejaba el 2 a 0 a pesar de no encontrar jamás el nivel deseado y de haber perdido para el resto de Italia 90 a Pumpido. Eso sí, una nueva historia empezaba, y quién hubiese imaginado que ´Goyco´ se convertiría en héroe.
ARGENTINA (2) – Pumpido; Basualdo, Monzón, Serrizuela, Simón, Olarticoechea; Batista, Troglio, Maradona; Burruchaga y Caniggia. DT: Carlos Salvador Bilardo.
UNIÓN SOVIÉTICA (0) – Uvarov; Bezsonov, Khidiyatullin, Kuznetsov, Zygmantovich, Gorlukovich; Aleinikov, Zvarov, Shalimov; Protasov y Dobrovolskyi. DT: Valeriy Lobanovskyi.
ESTADIO: San Paolo (Nápoles)
GOLES: 27´PT Troglio (A) y 34´ST Burruchaga (A)
ÁRBITRO: Erik Fredriksson