ARGENTINA 1 – RUMANIA 1: LA NOCHE DE MARADONA Y EL MARADONA DE LOS CÁRPATOS

Nació casi cinco años después que «Pelusa» pero fue el tiempo necesario para idolatrarlo desde pequeño. Dueño de una pegada exquisita, para muchos, Gheorghe Hagi fue el mejor jugador por lejos de la historia de Rumania. Tal es así que el globo terráqueo decidió bautizarlo «el Maradona de los Cárpatos». Y con el verdadero Diego compartieron cancha en una sola Copa del Mundo, hace exactamente 30 años, en el empate 1 a 1 por la zona de gurpos de Italia 90.

Sin hablar de títulos obtenidos, desmenuzando lo que fueron ambos como deportistas, el argentino y el dacio marcaron una época con la diez pegada en la espalda. La cinta de capitán no era un mero formalismo, se trataba del premio al paladar exquisito, al malabarismo con la caprichosa.

Así como Maradona se inició en Argentinos Juniors para luego saltar a uno de los cinco grandes, Hagi también tuvo un paso por otros equipos antes de recalar y cobrar mayor fama en el Steaua de Bucarest. El rumano arrancó en el Farul Constanța de su ciudad natal, fue transferido a Sportul Studențesc, y recién en 1986, con 21 años, comenzó a ver los flashes de la fama.

Entre las similitudes entre ambos podría destacarse que los dos fueron el enganche del Barcelona en distintas décadas. El europeo también lució la casaca del Real Madrid para luego cruzar de vereda y probar suerte en Catalunya. Así también fue ídolo en el Galatasaray de Turquía donde con su magia consiguió ocho títulos.

El destino de estos dos cracks hizo que el sorteo de Italia 90 los pusiera en el camino. Para el campeón del mundo era compartir 90 minutos con un pibe que la dejaba chiquita con tan sólo 25 años. Para el hombre de la Tricolorii se trataba de algo más, de compartir la cancha con aquél a quien admiraba, y ese abrazo en Nápoles lo reflejó a la perfección.

Tuvieron la chance de volver a encontrarse, a nivel selecciones, en Estados Unidos, cuatro años más tarde. Sin embargo la conocida historia del dóping a Maradona le permitió lucierse al «Maradona de los Cárpatos» sin el Diego en cancha. Aquella vez no fue un 1 a 1 que clasificaba a ambos a octavos de final sino un triunfo para el combinado dacio por 3 a 2 sobre la Albiceleste que se despedía de la Copa del Mundo en el Rose Bowl de Los Ángeles.

Sin ser nueve de área, teniendo otro rol en la cancha, tanto «Pelusa» como Hagi dejaron registros impecables cuando colgaron los botines y eso los enalteció aún más. El argentino abandonó las canchas con 358 goles en 724 partidos disputados. El rumano, para muchos quien podía ser su sucesor, lo hizo con 293 dianas en 703 juegos. Las comparaciones siempre han sido odiosas y lo mejor será quedarse con esa foto eternizada de dos enormes representantes del deporte más maravilloso del globo terráqueo.

Acerca de Marcelo Patroncini 18628 Articles
Nació en agosto de 1982. Leonino y soñador. Desde chico jugaba a ser periodista con la máquina de escribir que había en su casa. Amante del fútbol, la gastronomía y los viajes. En 2005 fundó Vermouth Deportivo junto a Fran Alí.
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