Las eliminatorias para la Eurocopa 2020 volvieron a enfrentar a dos grandes potencias del viejo continente. Y así como el 24 de marzo La Maquinaria se impuso en un verdadero partidazo disputado en Amsterdam, esta vez hubo revancha ya que La Naranja Mecánica festejó en Hamburgo con un 4 a 2 sensacional para que celebren los amantes de la pelota.
De no mediar imponderables, tanto Alemania como Holanda deberían destronar a Irlanda del Norte de la cima del grupo C ya que el Ejército Verde aún no se midió con estas dos selecciones y los próximos cuatro cotejos para los británicos serán ida y vuelta con los combinados de Joachim Löw y Ronald Koeman. Claro que, más allá de eso, serán encuentros vibrantes ya que la zona ofrenda dos pasajes a la cita continental del año próximo.
Gozó el fútbol en Hamburgo y eso amerita un aplauso de pie. La visita pudo abrir la cuenta a los 7 minutos del primer tiempo con un hermoso zapatazo de Memphis Depay que contuvo abajo Manuel Neuer. En la contra, facturó el dueño de casa, gracias a un formidable pase en profundidad que capitalizó Lukas Klostermann. El defensor del Red Bull Leipzig sacudió contra Jasper Cillessen demostrando su posición de zaguero. El guardameta contuvo pero, en el rebote, Serge Gnabry no perdonó y marcó el 1 a 0.
Alemania tuvo dos oportunidades más para ampliar la ventaja y dejar groggy a su oponente. Un tiro libre de Toni Kross que se fue apenas desviado y, sobre el epílogo, una situación inmejorable para Marco Reus que fustigó con un remate cruzado pero encontró la mayestática reacción del arquero de una Holanda que necesitaba el entretiempo para reacomodar sus ideas y demostrar cuán capaces de revertir el partido eran.
Los teutones tenían para el cachetazo al conjunto de los Países Bajos pero, con muchísimo amor propio y una formidable cuota de fútbol, la historia cambió en Hamburgo. A los 10 minutos de la complementaria, Neuer le sacó un bombazo a Georginio Wijnaldum pero la revancha llegó 180 segundos más tarde cuando Frenkie de Jong se anticipó a Nico Schulz en la medialuna y marcó el empate.
Si a esa altura ya se hablaba de un partidazo al igual que disputaron ambos en Amsterdam, lo que vino después fue digno de enmarcar en los anales de este deportes. Iban 19 cuando Holanda volvió a inflar las redes de su rival. Neuer tapó un terrible cabezazo de Virgil Van Dijk pero, en el rebote, y en una mezcla de piernas dentro del rectángulo menor, Alemania se la metió en contra cuando Jonathan Tah, en el afán de rechazar, se llevó puesta la redonda y la mandó al fondo de su propia cueva.
La Maquinaria empató rápidamente. Kross de penal, a los 27, puso el 2 a 2 pero áun restaba mucho por jugarse en Hamburgo. Pasada la media hora, cuando el reloj marcaba los 33, La Naranja Mecánica hilvanó un jugada hermosa que contó con un pase de Depay para Wijnaldum. Este último en un toque sutil dejó en posición inmejorable a Donyell Malen y, el delantero del PSV Eindhoven no falló con todo el arco a su merced.
Ya sin sus piezas ofensivas titulares porque Löw las reemplazó, el dueño de casa salió desesperado a buscar mínimamente la parda. En dicha desesperación creó algo del peligro pero también dejó espacios en el fondo. Así, cuando se jugaba tiempo de descuento, Wijnaldum liquidó el asunto con una contra letal. Y hasta hubo tiempo para que Gnabry reventase el travesaño en lo que hubiese sido el descuento para los teutones.
En poco menos de medio año, dos potencias europeas se vieron las caras dos veces por eliminatorias para la Eurocopa 2020. Tanto en Amsterdam como en Hamburgo mostraron un fútbol de altísimo nivel con once goles. Holanda tuvo su revancha y ganó 4 a 2 pero Alemania también se fue aplaudida porque este deporte aún sigue emocionando a propios y extraños.