Die Mannschaft, con gol de Andreas Brehme, derrotó a la Albiceleste en la final de Italia 90 y cortó una racha de dos finales perdidas al hilo. Tras tropezar en España 82, y en México 86, los germanos tuvieron su revancha y obtuvieron así su tercera Copa del Mundo tras ganar la de Suiza en 1954 y la que organizaron ellos veinte años más tarde.
Se terminó uno de los certámenes más apasionantes del deporte más maravillo del globo terráqueo. El sorpresivo nivel de Camerún, las útlimas funciones de Unión Soviética, Checoslovaquia y Yugoslavia, el gran debut de Irlanda, las rápidas eliminaciones tanto de Brasil como de Holanda. Y, el broche de oro, fue la reedición de aquél encuentro decisivo en el Azteca entre Alemania y Argentina pero, esta vez, en el Olímpico de Roma.
En los noventa minutos del cotejo, la escuadra de Franz Beckenbauer fue más que el conjunto de Carlos Salvador Bilardo. Es cierto que le costó llegar con claridad en la primera parte pero, a medida que surtía efecto el desgaste, terminaría quedando mejor parado que el conjunto sudamericano.
Sacando algún disparo bloqueado de Pierre Littbarski y un tiro libre de Diego Maradona que se fue a las nubes, lo más apasionante del capítulo inicial fue que casi Oscar Ruggeri se lo mete en contra de su propia valla para Argentina y, sobre el epílogo, Brehme hizo algo parecido pero peor aún con la retaguardia de Alemania defendida por Bodo Illgner.
Ya en el segundo tiempo, todo fue del elenco germano. En el arraque el ex Racing Club de París, Littbarski, apiló rivales y sacó un remate que despintó el palo izquierdo de la cueva defendida por Sergio Javier Goycochea. Más tarde, fue Thomas Berthold quien conectó de palomita un tiro libre de Brehme pero su intento se fue apenas desviado.
Como en gran parte de Italia 90, los errores arbitrales no tardaron en llegar. Y si bien, hasta ese entonces, Edgardo Codesal venía teniendo una labor modesta, el mexicano empezó a morder la banquina. En una situación desopilante, el «Vasco» derribó con su pierna a Klaus Augenthaler al lado del colegiado que no cobró el penal. La pelota siguió y Pedro Troglio, en el afán de despejar, casi la mete contra su propio arco aunque salvó justo, en la raya, Pedro Damián Monzón.
Alemania iba por todo. Brheme con una volea desde 25 metros obligó a Goycochea a revolcarse contra su parante zurdo para mandar la redonda al córner. A los 20 minutos de la complementaria, Monzón le entró con una plancha a Jürgen Klinsmann y Argentina se quedó con diez hombres. El panorama empezaba a ponerse feo en el Olímpico de Roma para los de Bilardo.
Más tarde Codesal no sancionó un penal de Lothar Matthäus sobre Gabriel Calderón que se dio al lado de sus ojos y, como para llenar el cartón, cuando iban 39 le dio la pena máxima a los europeos tras un forcejeo entre Roberto Sensini y Rudi Völler que acabó con el ex 1860 Múnich caído dentro del rectángulo mayor. Brehme, especialista en pelotas detenidas y dueño de una magistral pegada con ambas piernas, acomodó el esférico contra la base del palo derecho del «Goyco» y cambió la historia para siempre.
A la final de Italia 90 le restaba todavía tiempo como para que los de Bilardo sigan enfurecidos. Gustavo Dezotti tomó del cuello a Jürgen Kohler y el «Galgo» terminó siguiendo las alternativas del cotejo decisivo desde los camarines junto al «Moncho» que ya había sido expulsado previamente.
Codesal pitó y Alemania festejó por completo. No sólo el costado occidental sino también el oriental ya que en 1989 se había derribado el Muro de Berlín. El 1 a 0 le permitió a Die Mannschaft consagrarse por tercera vez en un Mundial y ponerle el broche de oro a su tercera final consecutiva. Argentina masticaba rabia, Maradona lloraba, Bilardo los calmaba. Es que recién faltaban cuatro años para volver a vivir la fiesta del fútbol. Y, Estados Unidos, se preparaba para abrirle las puertas al deporte más apasionante del globo terráqueo.
ALEMANIA (1) – Illgner; Brehme, Kohler, Augenthaler, Buchwald, Berthold; Hassler, Littbarski; Matthäus; Völler y Klinsmann. DT: Franz Beckenbauer.
ARGENTINA (0) – Goycoceha; Lorenzo, Sensini, Serrizuela, Ruggeri, Simón; Basualdo, Troglio, Burruchaga; Maradona; y Dezotti. DT: Carlos Salvador Bilardo.
ESTADIO: Olímpico (Roma)
GOLES: 40´ST Brehme (AL)
ÁRBITRO: Edgardo Codesal (México)