Quedó para la historia y posiblemente nadie podrá abstraerlo de ello. Más allá de los ocho títulos con Boca Juniors y de su extensa trayectoria con más de 700 encuentros jugados, Rodrigo Palacio tendrá en su mente el recuerdo de ese mano a mano que dilapidó en la final del Mundial 2014 jugando para Argentina contra Alemania.

Iba el suplementario en el Maracaná cuando Marcos Rojo metió un pase perfecto para la «Joya» que le ganó la espalda a Mats Hummels y quedó mano a mano con Manuel Neuer. El surgido de Huracán de Tres Arroyos que descolló en Banfield tuvo que decidir en cuestión de segundos y escogió la emboquillada que se fue apenas desviada.

Con el diario del lunes, y todos aquellos futbolistas de sofá sostuvieron eso a posteriori, la definición «era por abajo». Allí, en esa jugada, en la final de un Mundial y ante Alemania, un delantero de la talla de Palacio quedó marcado para siempre.

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