El empate sin goles entre el Viola y el Fogonero fue el resultado justo para lo que fue una noche fría, lluviosa y ventosa en Campana. Cuidando el cero en cada arco, los dirigidos por Sergio Rondina fueron superiores a la escuadra de Felipe de la Riva pero ni los dueños de casa ni los de Pergamino pudieron quebrar al adversario en el tanteador.
Villa Dálmine tenía que ganar para acercarse al objetivo de ingresar al Reducido pero enfrente estaba otro de los candidatos: Douglas Haig. La visita, completamente afilada y habiendo sumado 29 puntos de los últimos 42 que hubo en juego, llegaba como un verdadero cuco. Sólo el indomable Ferrocarril Oeste había logrado frenar la marcha de la escuadra rojinegra el pasado viernes en el Miguel Morales sino el invicto del entrenador charrúa hubiese continuado intacto en pos de lograr un pasaje para el cuadrangular que dirimirá el segundo ascenso a la Primera División.
El prólogo de ambos prometía un atrapante juego pero se midieron en demasía. Sendos esquemas contaron con poca oferta ofensiva y, si bien, el temporal hizo su parte, los jugadores tampoco brindaron mucho como para revertir las inclemencias climáticas.
Es cierto que Diego Grecco pudo marcar en el arranque de la complementaria pero la pelota se desvió justo en el fondo rival. Tampoco hay que restarle méritos a Martín Perafán que estuvo muy atento ante cada embate de Ezequiel Cérica. Pero así y todo, el juego se tornó tedioso y el pelgiro no fue el aliado ideal dl Viola y del Fogonero.
Villa Dálmine y Douglas Haig empataron 0 a 0 dejando pasar una oportunidad única para escalar lugares en los puestos de vanguardia. O tal vez fue una igualdad estratégica para que ninguno pierda pisada en la noche donde únicamente ganó el frío, la lluvia y el viento.