El Lechero y el Gallo no se sacaron ventaja en Ezeiza, igualaron sin goles y se conformaron con saber que siguen asegurándose un lugar en el Reducido. De fútbol poco y nada, en una contienda donde la noticia fue la fractura de tibia y peroné que sufrió Juan Cruz Careaga.
Fue un tiempo para cada uno. El primero le perteneció a Tristán Suárez que, comandado por Abel Sandoval generó algo de riesgo sobre la valla del oponente. Dos jugadas de pelota parada en los pies del ex Flandria y una asistencia suya para la arremetida de Andrés Gurrieri fueron las llegadas peligrosas del conjunto de Pedro Monzón. Incluso a los 38 minutos Facundo Diz convirtió un tanto que fue invalidado por el juez Pablo Giménez que cobró posición adelantada del ex atacante de Quilmes y Platense, entre otros.
La primera mitad fue aceptable dentro de lo irregular que es la categoría. Sin embargo duró casi una hora porque del choque entre Carlos Morel y Careaga, ni bien arrancó el cotejo, llegó la fatídica fractura del volante local que debió ser trasladado en ambulancia hasta un hospital de la zona. El cambio obligado que depositó a GUrrieri en el terreno de juego también le dio otro volumen al partido que tenía toda la segunda mitad por delante para ofrecer algo distinto.
Nada de ello pasó. La complementaria tuvo al Gallo de Blas Armando Giunta en el terreno del Lechero pero sin complicar a Rodrigo Lugo. El dueño de casa bajó la intensidad, Ezequiel Martínez se rindió en el mediocampo, y todo pasó a ser de la visita. La única llegada que contó la escuadra del oeste fue un tiro libre ejecutado por Carlos Ramos que conectó Ariel Otermín y se fue realmente cerca.
Así empataron 0 a 0 Tristán Suárez y Deportivo Morón en un opaco partido. El destino, hoy por hoy, los ubica en el octogonal y como rivales entre sí por la ubicación parcial en la tabla. Tal vez por eso mismo se hayan guardado todos los secretos para el Reducido. O tal vez en él aburrirán de nuevo.
