Así se le fue el partido al Matador en Victoria, ante un Huracán apagado que rescató un punto en el último segundo de juego. El Chino Carlos Luna abrió de cabeza el marcador a minutos del descanso y el triunfo local parecía inminente, sin embargo Martín Nervo sacó un derechazo de la galera para decretar la parda. Ambos tienen todo por mejorar.
Duelo de necesitados en el Estadio José Dellagiovanna. Tigre volvía a presentarse ante su gente con una doble tarea, sumar y anotar un gol por primera vez en lo que va de campeonato. Huracán llegaba al Monumental de Victoria acarreando una imagen muy pobre en sus últimos compromisos, y las dudas que sembró en los hinchas los planteos del entrenador Eduardo Domínguez.
El Matador tomó la iniciativa y fue dueño durante el primer cuarto de hora. Los dirigidos por Pedro Troglio se llevaron puesto al Globo contra su arco, en ese torbellino Sebastián Rincón aprovechó la pifia de Nervo para meterse al área con caño a Garré y jugar un derechazo que pegó en la parte externa del palo izquierdo de Marcos Díaz.
Lucas Janson y un centro al ras que nadie llegó a tocar, Diego Morales sacaba una buena volea que se iba desviado, todos los caminos conducían al gol de Tigre. Pero Huracán comenzó a pisar mejor la cancha y logró amortiguar las embestidas rivales, sin demasiado peso en la ofensiva. De todas formas los de Parque Patricios tuvieron dos oportunidades claras, una volea de Montenegro que se fue encima del travesaño y una ocasión clarísima que Diego Mendoza, en complicidad con la pésima salida de Nelson Ibáñez, definió muy mal.
Tigre recuperó las riendas del partido muy rápidamente y volvió a poner a Huracán entre la espada y la pared, Marcos Díaz se resbala buscando bloquear a Luna pero termina reponiéndose de forma espectacular para negarle el gol con su pierna derecha a Galmarini. El arquero sostenía al equipo visitante, pero la cuerda se cortó a favor del Matador en el minuto 41; Mariano Echeverría baja la pelota, tras un córner, y Carlos Luna ejecuta un cabezazo perfecto entre dos defensores para vencer la resistencia de Díaz poniendo a Tigre en ventaja. Primer gol para el Matador en este campeonato, no podía ser otro quien lo anotara.
Ya en el complemento el partido decayó en ritmo y nivel. Tigre se sintió cómodo con el resultado y resignó la tenencia de la pelota, Huracán se hizo cargo de buscar la parda pero realmente tenía grandes problemas para llegar con peligro al arco defendido por Ibáñez. Diego Mendoza no llegó a un centro de Ignacio Pussetto y el ya ingresado Romero Gamarra definía mal una situación de mano a mano gestada por Daniel Montenegro, fue lo más cerca que estuvo el Globo de igualar.
Tigre movió el banco dándole lugar a Alexis Castro y Ellácopulos, el Matador no logró aprovechar los espacios que el Globo iba dejando pero si tuvo varios avances para intentarlo. La gran actuación de Fritzler, la solidez de Nervo y la personalidad de Marcos Díaz fueron importantes para evitar un resultado más abultado.
Huracán ni siquiera fue “a la carga Barracas”, pero en la última pelota de la noche lograría el impensado empate. Durante el minuto final adicionado por Diego Abal Luca Sosa mete el balón al área, Diego Mendoza gana en las alturas y se lo baja a Martín Nervo, el capitán Quemero aparece por sorpresa en soledad para sacar un certero derechazo que deja sin posibilidades a Ibáñez. Empataba Huracán de forma inesperada, gracias al primer gol que anota Nervo con la camiseta del Globo.
Tigre mereció más y se quedó con las manos semivacías. El empate le sirvió para romper la mini racha de derrotas y sacarse la urgencia de convertir, el Matador realmente saboreó el triunfo pero deberá mejorar para lograr concretar sus buenas intenciones. Tendrá una gran oportunidad para intentarlo frente a Independiente la próxima semana
Huracán volvió a tener una actuación deslucida. El empate debe valorarse por lo inesperado, pero está claro que los de Eduardo Domínguez deberán trabajar mucho si pretenden conseguir resultados sostenidos en el tiempo. El próximo sábado recibe a Sarmiento en el Palacio Ducó.
