TENIS: COLOSAL REMONTADA DE GUIDO PELLA EN WIMBLEDON

Guido Pella (26º) levantó un partido impresionante frente al canadiense Milos Raonic para avanzar a los cuartos de final en Wimbledon. El bahiense se impuso por 3-6, 4-6, 6-3, 7-6 (7-3) y 8-6 luego de tres horas y 42 minutos de una batalla tremenda y el miércoles, ante el español Roberto Bautista Agut (23º), irá en busca de meterse entre los cuatro mejores del torneo.

El bahiense Guido Pella venía de derrotar al sudafricano Kevin Anderson y este lunes, bajó a otro peso pasado, el gigante canadiense Milos Raonic, finalista en 2016 del Grand Slam británico.

El encuentro estaba realmente cuesta arriba para el argentino. Milos Raonic estaba intratable con su servicio, el zurdo de Bahía Blanca no encontraba respuestas a los “bombazos” del canadiense que, en ese primer set, ganó 20 sobre 21 puntos disputados con su saque y en un parpadear, se lo llevó por 6-3.

La segunda manga siguió con la misma tendencia, el norteamericano continuaba martillando con el servicio, era agresivo cuando se invertía para pegar el drive y nuevamente, y arrebatarle solo un juego al argentino con su saque, le significó llevarse el parcial por 6-4, sin embargo, en el último segmento del set, Guido Pella dejaba algunos signos positivos.

Los síntomas que se apreciaron en el final de la segunda manga se acentuaron en el siguiente. El bahiense arriesgó más, forzó al canadiense a cometer algunos errores que no venía teniendo y cuando se le presentó la posibilidad de quebrarle el saque, no la desaprovechó y se quedó con el set por 6-3.

En el cuarto episodio, con el resultado 3-3, el argentino tuvo cuatro puntos de quiebre pero Milos Raonic estuvo infalibre, mantuvo el saque, se adelantó 5-3 tras quedarse con el servicio de Pella y sacó para ganar el match. Guido Pella se recuperó en el siguiente juego y el set se definió en un tie-break que quedó en poder del bahiense por 7-3 y el encuentro estaba se estiraba a un quinto y definitivo set.

Luego de un sofocón en el primer juego en el que el argentino estuvo 15-40, el capítulo final fue avanzando punto a punto, aunque era el bahiense el que mantenía su saque con mayor comodidad. Estando 5-4 arriba, dispuso de su primer match-point y luego, otros dos en 6-5, sin embargo, el saque rescató al norteamericano de todos ellos. El cotejo se alargaba, era una pulseada de estilos, una batalla física, emocional y psicológica titánica, en síntesis, un verdadero partidazo. A Pella se lo notaba más fuerte, corriendo hasta las que eran imposibles, devolviendo todo, arriesgando en algunos puntos, pasándole la responsabilidad a su rival en otros, así fue como Milos Raonic erró una volea sencilla y llegó el cuarto punto para partido, y repitiendo la fórmula, el grandote que nació en Montenegro y se nacionalizó canadiense, volvió a equivocarse al subir por enésima vez a la red y Guido Pella se quedó con un triunfo magnífico.

Guido Pella lo hizo de nuevo, remontó un partido increíble, una victoria con sabor a hazaña. Aunque no lo pueda creer y no sepa si tirarse al piso o saltar al estrado, ganó un duelo épico y esas lágrimas que brotan sin resistencia son el desahogo y la felicidad en toda su dimensión. Por primera vez este zurdo nacido en Bahía Blanca se entrevera en los cuartos de final de un Grand Slam y jugará el miércoles en la Catedral del tenis con el español Roberto Bautista Agut buscando agregar otro episodio a su historia.

El presente que vive este taurino de 29 años es una merecida recompensa al esfuerzo, al sacrificio, a no bajar los brazos, y también deja una enseñanza porque prepara Wimbledon de la mejor forma posible, utilizando los medios que están a su alcance, diputando torneos en césped en las semanas previas, aunque sea la superficie que menos domina, que peor se ajusta a su tenis y que muchas veces, implique hacer el bolso en la primera ronda. Todo el mérito y el reconocimiento para Guido Pella, esto es todo de él y su gente pero a su vez, nos regala una enorme alegría al resto.

Acerca de Javier Dispaldro 2517 Articles
Acuariano desde febrero de 1976. Nació con un amor casi enfermo por el deporte, desde chico se refugió en la escritura e inesperadamente, ya adulto, pudo combinar y disfrutar de esas dos pasiones. El turismo aventura es otro de sus cables a tierra y Cortaderas su lugar en el mundo.
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