Tigre volvió a demostrar que es candidato para pelear por el ascenso a la Primer División del fútbol argentino. En el Alfredo Beranger visitó a Temperley, y lo venció por 2 a 0 para sumar así su cuarta victoria en fila. Ambos goles los convirtió Pablo Magnín, que además cumplió con la ley del ex.
Se enfrentaban dos equipos con realidades muy diferentes en este inicio de la Primera Nacional. Por un lado llegaba el dueño de casa, que acumulaba una victoria y tres derrotas, y se encontraba en la parte baja de la tabla de posiciones, aunque con un juego menos. En frente llegaba el Matador, que tras arrancar con una derrota, hilvanó tres triunfos en fila, y quería seguir por esa senda y mantenerse en lo más alto.
Y así fue como arrancó el juego. Los de Victoria arrancaron con todo, imponiendo su juego, y manejando los hilos del partido. Con mucha gente de buen pie de mitad de cancha hacia adelante, y solidez defensiva dominó absolutamente todo, y rápidamente se puso en ventaja. A los 17, Magnín eludió a Papaleo, quien quedó desparramado por el suelo, y el delantero puso el 0-1. A partir de ahí, los de Diego Martínez fueron un tromba. Superiores en cada rincón de la cancha y a los 24 ampliaron diferencias. Otra vez el goleador, esta vez de penal como la semana pasada ante Estudiantes de Rio Cuarto, no falló, y puso el 2 a 0.
La visita fue amplio dominador del juego, y con la ventaja de dos goles supo administrar bien las energías en una cancha muy pesada por las intensas lluvias caídas. Así fue como el Matador prácticamente no sufrió llegadas de peligro del Gasolero, quien continúa sin dar pie con bola. Acumuló su tercera derrota consecutiva, y si bien tiene un juego menos, está lejos de los puestos de pelea. Tigre, por su parte, volvió a demostrar estar un escalón por encima de muchos equipos, y habrá que ver si puede sostener este nivel de cara al futuro.
