Cada vez que suena la puerta del cuarto de Lionel Messi, el «Pulga» debe creer que son del control antidóping. Estando en Barcelona, fue la UEFA quien cayó con un control sorpresa antes que el elenco Blaugrana enfrente a la Roma el 30 de marzo. Después cayeron en un entrenamiento de los Culé el 19 de abril, y casi dos meses más tarde le tocó en Moscú con la Albiceleste.
FIFA cayó en Bronnitsy con dos motivos. Uno era que cada jugador sea filmado portando su nombre y contándole a la cámara como se pronuncia para que los periodistas no sufran confusiones a la hora de nombrarlos. Basta recordar que algunos colegas solían decir «Masquerano» para nombrar a Javier Mascherano, como para asentir que la iniciativa de la Federación Internacional de Fútbol Asociado sea más que válida. La otra razón fue llevarse unos tachitos con orina.
No sólo el «Pulga» Messi fue sometido sino que la lista sorpresa incluyó a Franco Armani, Eduardo Salvio, Nicolás Otamendi, el ex Instituto, Paulo Dybala, y el ex Racing, Marcos Acuña. Y si bien no hubo de qué preocuparse, el público argentino cada vez que escucha la palabra «enfermero» sumada al vocablo «Mundial» no puede evitar remontarse a Estados Unidos 1994.
Más allá del episodio, el conjunto de Sampaoli entrenó con total normalidad mientras el director técnico trata de confirmar el once inicial que enfrentará a Islandia el sábado por la mañana según el horario argentino. Y Messi ya no se sorprende para nada ya que esta fue el tercer control antidóping al que debió someterse en un lapso de 74 días.
