El Aurinegro se recuperó del traspié sufrido en Misiones el pasado viernes y derrotó, en su propia casa, a la irregular Lepra mendocina. De esta manera los dirigidos por Gustavo Coleoni se afirmaron en el tercer puesto junto a Ferrocarril Oeste y empiezan a asegurarse un lugar en el Reducido para pelear por el segundo ascenso a la máxima categoría.
Mariano González abrió rápidamente la cuenta en el estadio municipal tras una gran combinación que lo dejó cara a cara con Maximiliano Scapparoni. Iban 3 minutos y Santamarina ya manejaba los hilos de la contienda con la tranquilidad del 1 a 0 a su favor. Independiente Rivadavia, golpeado desde el inicio, no logró reaccionar y a los 19 volvió a sentir un cimbronazo cuando Juan Arraya empujó hacia la red, un exquisito remate de Arnaldo González que se había estrellado en el poste.
Una majestuosa triangulación por la banda derecha de Cristian Podésta que derivó en el tanto del descuento convertido por Daniel Imperiale. Recién se jugaba media hora en Tandil y el juego brindaba emociones por doquier. El local, lejos de asustarse por la conquista del elenco de Pablo Quinteros, salió decidido a liquidar el asunto. De esta manera, a los 36, Fernando Telechea mató con suma tranquilidad una pelota dentro del área grande y con un fuerte disparo venció al guardameta de la escuadra cuyana para anotar el 3 a 1.
Si algo le faltaba al primer tiempo era un gol de Independiente Rivadavia como para proponer una etapa final repleta de suspenso. Y el mismo llegó cerca del tiempo cumplido a pesar de una providencial salvada de Leandro Requena. El rebote que dio el arquero local le quedó en los pies a Hernán Gautier que aprovechó para colocarla en el ángulo opuesto. Así Santamarina, que jugó mejor, sólo consiguió irse al descanso con una diferencia mínima.
En la complementaria el dueño de casa dilapidó un par de ocasiones de contragolpe hasta que llegando al epílogo de la contienda, Mariano González, con una gran finta digna de fútbol de salón, se sacó de encima la última marca para definir con todo el arco a su merced y sentenciar el 4 a 2 final dejando de lado cualquier tipo de susto a los que últimamente estuvieron acostumbrados los hombres de Coleoni.
Santamarina volvió a demostrar contundencia en ofensiva, su arma más letal desde el comienzo de la temporada, y comienza a afianzarse en los puestos de Reducido. La llama de la ilusión, en Tandil, ha vuelto a encenderse.
