Respiró aliviado Carlos Tévez. El entrenador del Canalla no le encontraba la vuelta al asunto y aún consumía el oxígeno que le había dado la victoria en el derbi ante Newell´s. Sin embargo, después de tres partidos sin alegrías, la Academia volvió a sonreír y derrotó por 3 a 1 al Guapo en Arroyito.
Rosario Central aprovechó la primer que tuvo y rompió el cero en el Gigante. Lautaro Blanco, una de las figuras de la tarde, avanzó a pura velocidad por izquierda, levantó el centro y Franco Frías, apareciendo por el parante del arquero, se anticipó a todos para vulnerar la resistencia de Barracas Central.
No terminó de festejar el local la ventaja parcial que llegó el empate de la visita. El Canalla se equivocó en salida, Iván Tapia tocó para Neri Bandiera y este mandó la pelota al corazón del área grande donde Cristian Colmán metió el cabezazo certero para vencer a Gasar Servio.
Con el correr del reloj en el capítulo inicial, Barracas Central parecía mejor parado. En parte porque tuvo el segundo en un frentazo de Gonzalo Paz que se fue cerca pero también porque el VAR expulsó al capitán de Rosario Central, Mateo Tanlongo, en una jugada súper polémica.
El vestuario del Canalla en el entretiempo fue clave y cambió su imagen en la complementaria. Así, Federico Buonanotte dilapidó chances clarísimas aunque le bastó para erigirse como la figura indiscutida de la tarde santafesina. El 2 a 1 llegó a los 23 minutos cuando Blanco vio a Alejo Veliz sin marcas a la altura del punto penal y el jovencito no falló ante Maximiliano Gagliardo.
Con todos los esquemas rotos, el dueño de casa encontró espacios, tuvo situaciones para liquidarlo antes de tiempo aunque recién se le dio cuando iban 42 gracias al pase inteligente de Buonanotte para Gino Infantino que fusiló al Guapo y le bajó la cortina a la jornada.
Barracas Central jugó con un hombre de más durante una hora reloj y se retiró derrotado ante un rival que sacó fuerzas y coraje ante la adversidad. Rosario Central vapuleó por 3 a 1 al Camionero y recuperó la sonrisa después de tres encuentros sin alegrías.
