Fue, sin dudas, uno de los goleadores más implacables que tuvo el elenco Millonario a lo largo de su riquísima historia. Si bien no llegó al centenar de gritos con la camiseta de la banda, los superó ampliamente con su experiencia en el viejo continente. Un 30 de agosto de 1991, hace exactamente 30 años, Ramón Ángel Díaz volvía a jugar en River para quedar definitivamente en el corazón de su gente.
Debutó en el club de muy joven, allá por 1978, un mes y medio después que Argentina haya salido campeona del mundo. Lo que jamás imaginó es que en tan poco tiempo no sólo dería el atacante fetiche del fútbol local sino que también recibiría una convocatoria para integrar la Selección que disputó el Mundial de España en 1982.
El «Pelado» dejó las filas de River Plate en 1981 para continuar su carrera en Italia. Nápoli, Atalanta, Sampdoria, Fiorentina, Inter y Torino fueron sus hogares mientras a base de goles esperaba se llamado nuevamente para sumarse a la Albiceleste. En 1989 migró al fútbol de Francia, su sueño de jugar un Mundial crecía en el Mónaco, pero Carlos Salvador Bilardo no lo citó.
Sabiendo que le quedaba poco hilo en el carretel, dejó Europa y regresó al país en 1991. Una temporada en el Millonario, una vuelta olímpica en el Apertura de aquél año, y el cariño inmenso, permitieron que el riojano, tras una experiencia en Japón, volviese al club para convertirse en uno de los entrenadores más glorioso de la institución.
Hace exactamente 30 años, un 30 de agosto como hoy, Ramón Ángel Díaz se calzaba la casaca de River para jugar su última temporada en la entidad de sus amores. Esa misma noche, en solo cuatro minutos, hizo los dos goles del triunfo por 2 a 1 sobre Rosario Central. A grito «Pelado», sin dudas, sólo pasó el tiempo y quedó el amor entre uno de sus mejores jugadores y los corazones rojiblancos de su gente.
