Diminuto pero satisfactorio. Con un bocadito en la complementaria, la Academia satisfizo su necesidad de triunfos y cosechó la primera victoria de la era Juan Antonio Pizzi gracias al 1 a 0 que le propinaron al Canalla. El único tanto del pleito fue obra del ex Atlético Rafaela, Enzo Copetti.
Racing estaba urgido de alegrías. Incluso debía lavar la floja imagen de la final ante River por la Supercopa Argentina. Y si bien no tuvo flagelos en sus líneas, tampoco fue punzante en ofensiva. Rosario Central, directamente, tuvo una noche para el olvido.
El capítulo inicial tuvo realmente poco y nada. Un remate de Emiliano Vecchio a colocar que se fue alto por el lado del elenco de Cristian González, mientras que por el costado de Pizzi, un reclamo por un supuesto penal de Jorge Broun a Copetti. El ex Crema, ofuscado, más tarde le pasaría “Fatura” a los santafesinos.
En la complementaria, la Academia tuvo otro ímpetu pero nada sobresaliente. Carlos Alcaraz probó con un tiro rasante que encontró la buena respuesta del guardameta visitante. Y, en el primer tiro de esquina del partido, llegó la alegría para el dueño de casa. Iban 18 minutos de la etapa final y Copetti, anticipándose a todos, conectó de cabeza para abrir el marcador en el Cilindro.
Los dirigidos por Pizzi continuaron manejando la pelota. Matías Rojas con un tiro libre venenoso pudo ampliar la diferencia y, cómo marca la historia, en el epílogo la pasó un poco mal el elenco local. Un testazo de Joaquín Laso, y otro de Luciano Ferreyra, se transformaron en los escuetos sustos que el Canalla le dio a Gabriel Arias.
Rosario Central careció de actitud y fútbol en Avellaneda ante un rival que, a pesar de estar necesitado de triunfos, se conformó con ese copetín de Copetti. Claro que, cuando hay hambre, el 1 a 0 para Racing fue como un banquete de esas gloriosas panzadas en las que hasta hace no mucho tiempo atrás solía darse sin importar quién estuviese enfrente.
 
 
