La cerveza se disfruta en cualquier estación del año. Bien helada, pero claramente sin hielo. Y si hay un club emblemático relacionado con la cebada es, sin dudas, el Quilmes Atlético que hace exactamente 16 años vivía uno de los eventos extra-deportivos más fascinantes que tuvo la institución.
La nevada de aquél 9 de julio de 2007 impactó sobre el verde césped de Los Andes, Temperley, Banfield, Independiente de Avellaneda, Arsenal de Sarandí y Brown de Adrogué entre otros. Obviamente que el estadio Centenario no estuvo ajeno a tamaño fenómeno climático y, en la tardenoche de aquél feriado, algunos fanáticos se dieron el gusto de ver el recinto cubierto de blanco.
Los pronosticadores del tiempo no afirmaban lo que sucedería. La mañana de ese lunes arrancó sin movimiento y con temperaturas cercanas a la ausencia de calor. Rozando el cero, con el correr de las horas, los noticieros advertían que tal vez, si algunas condiciones se prestaban, algunos copos podían caer sobre el área metropolitana de Buenos Aires. Algo así no sucedía desde el 22 de junio de 1918.
Y finalmente nevó. La gente que se quedaba en sus hogares salió a las calles. El sur del Gran Buenos Aires se colmó de vecinos disfrutando un fenómeno magistral e irrepetible hasta el momento. La cancha de Quilmes, la cervecería y el parque se tiñeron de blanco ese 9 de julio de 2007, hace exactamente 16 años.
Foto: @pasioncervece