Crack de esos que no abundan en estos últimos años en el ascenso, protagonista que supo defender varias camisetas para ser recordado siempre con una. Compartió equipo con el «Chapu», Rodrigo Braña, y con el «Chori», Alejandro Domínguez. Sin embargo el que brilló fue él aunque los flashes de la máxima categoría nunca hayan recalado en el glorioso diez que se destacó en el Cervecero.
Tiene apenas 36 años pero Adrián Giampietri ya dijo basta. Alejado de la competencia fuerte hace varios años, el «Máquina» colgará los botines el próximo domingo 13 de diciembre en el Estadio Centenario por la tarde. Con la presencia de varias glorias pasadas del Quilmes Atlético Club y precios accesibles para los amantes del buen fútbol, la cita es imperdible.
Surgido de las inferiores del Cervecero, el enganche deslumbró a todos en las primeras dos temporadas. Incluso una inolvidable tarde en Mataderos frente a Nueva Chicago lo catapultó al estrellato con golazos y asistencias. También tuvo una jornada sensacional ante Almagro en José Ingenieros. Eso le valió pasar a Ferrocarril Oeste donde pudo pisar la Primera División del fútbol local. Sin embargo tan sólo vistió en siete oportunidades la casaca de un Verdolaga que terminaría descendiendo ya sin su número diez que había abandonado la entidad de Caballito por una deuda.
Giampietri firmó para el Badajoz de España que todavía estaba manejado por Marcelo Hugo Tinelli. Luego volvió al club que lo vio nacer, pasó por Belgrano, se fue a Sarmiento de Junín, Ben Hur, Deportivo Pereira de Colombia, y tras repetir algunos clubes siempre terminó volviendo a Quilmes.
En un reportaje al diario Olé mientras jugaba en el Torneo Argentino para Chaco For Ever, reconoció con mucho dolor que un falso vínculo con las drogas lo privó de llegar más lejos. Sin embargo su carrera será realmente inolvidable a pesar de no conseguir la gloria en Primera y a diferencia de muchos que sí la obtuvieron y quedaron en el olvido. Porque cuando cualquier jugador se ponga la diez de Quilmes allí estará el recuerdo intacto del «Máquina», un crack de esos que no abundan en estos últimos años.
