Los goles de penales fueron amores para Platense. En la noche tormentosa, el Calamar tuvo tres penas máximas (bien cobradas) a favor, de las que aprovechó dos para llevarse el triunfo ante Deportivo Morón en el estadio Ciudad de Vicente López. Los dirigidos por Fernando Ruiz hicieron lo justo y necesario para ganar en casa ante un Gallo apático y sin reacciones futbolísticas.
A veces, con la actitud y la intención alcanza. El Marrón se paró mejor en la cancha y lentamente mejoró su nivel. En lo futbolístico, el duelo dejó mucho que desear. Las ganas del local fueron más que la de su rival aunque las llegadas no abundaron. El marcador se abrió con un penal por una falta bien sancionada por Yael Falcón Pérez y Daniel Vega lo convirtió en gol. Salvo un intento del contador Vega desde afuera del área no ocurrió nada más en la primera mitad.
La tormenta eléctrica llevó a la lluvia a Vicente López y el agua impidió el normal desplazamiento de la pelota. Si los cuarenta y cinco iniciales fueron burdos sin el campo mojado, imagínense lo que fue el complemento. El arquero del Gallito -Julio Salvá- se lució en varias ocasiones (lo mejor de la visita) y el del Calamar tapó un tiro libre de Nicolás Ramírez (lo más peligroso del equipo del Oeste). El dueño de casa contó con otro penal (con justicia) para liquidar el pleito antes de tiempo pero Cristian Tarragona no estuvo fino y Salvá evitó el segundo. Sólo hubo tiempo para otro disparo desde los doce pasos a los 50 minutos que Cristian Amarilla se encargó de anotar con calidad.
Platense no se lució pero mostró la actitud necesaria para ganar este tipo de partidos. Tres penales y dos goles para el Calamar que vivió una noche intensa por la tormenta eléctrica que azotó a la Capital Federal y Provincia de Buenos Aires. Morón fue una sombra y se fue derrotado con justicia de Vicente López.