Platense y Flandria aburrieron en lo que fue un partido muy malo, con pocas situaciones y con muy poco futbol que terminó en un empate que no le sirve a ninguno de los dos equipos. El colorido de la tarde de Vicente Lopez fue la vuelta de los visitantes con los hinchas del Canario.
En la primera parte, se podría decir que se vio lo más entretenido del cotejo. Un Platense que trataba de generar algo de buen fútbol con escapadas de Juan Infante o la garra de Bustos pero sin generar nada de peligro, y por el lado de la visita, un planteo táctico en salir de contra para intentar incomodar al Calamar y que quedara mal organizada su defensa. Pese a esto, cada equipo tuvo una jugada de gol en esta etapa. Primero la tuvieron los visitantes con un remate cruzado de Lucas Vicente. Por su parte, el Marrón tuvo un tiro libre de Walter Ortiz que controló Leandro Griffo en dos tiempos.
Para el complemento, todo se volvió más monótono. Si en el primer tiempo les costaba llegar al área rival, en los segundos 45 minutos se les hizo imposible. El juego se puso mucho más trabado, con más faltas y tarjetas, no pudieron generar ni una buena jugada de juego asociado. Algunos hasta preferían ver el duelo de las hinchadas que no pararon de cantar en los 90 minutos. Pero la entrada la habían pagado para ver futbol y eso no estaba pasando. Mas para el descontento de los dirigidos por Jorge Brandoni jugaron los últimos 20 minutos con un jugador menos porque Daniel Vega, solo duró un minuto en cancha, al ser expulsado por una patada.
Finalmente el partido terminó en un parco empate sin goles y no le sirvió a ninguno de los dos equipos que no mostraron nada. Lo más rescatable fue el funcionamiento del público visitante y que se demostró que se puede volver a jugar como antes.
