El Calamar mostró cierta inmadurez en el arranque del año, perdió la punta y, jugando así (ni pateó al arco), directamente pueda pelear por el ascenso a la Superliga. El Verdolaga lo goleó a domicilio, se impuso por 3 a 0 en Vicente López, y con pasajes sumamente interesantes dejó en claro que, de mantener este nivel, buscará colarse entre los protagonistas para soñar con el regreso a la elite del fútbol argentino.
La expectativa fue tan enorme como la desazón para Platense. Un gran clima entre los jugadores durante la previa, un enorme ambiente en las tribunas donde el hincha, esperanzado, vio como los de atuendo verde hicieron de las suyas durante 90 minutos. Lo de Ferro fue pegar primero para luego dominar por completo las acciones en el norte del Gran Buenos Aires.
Tanto el Verdolaga como el Marrón se midieron durante media hora. Pasaba poco y nada porque el único que le había acertado al arco era Cristian Bordacahar pero los guantes de Jorge de Olivera contuvieron el remate. La tapada del ex Racing al otrora Chacarita Juniors fue lo más destacado en ese inicio sacando los zaptazos desviados de Joaquín Susvielles y Gonzalo Bazán por el lado local y, el de Renzo Tesuri, por la visita.
El 0 a 0 podía haber sido justo en ese arranque pero a los 39 del capítulo inicial, el molesto Franco Toloza, quien ya había exasperado a los hinchas locales pidiendo asistencias reiteradas veces, sacó un hermoso remate desde la medialuna que se escabulló contra la ratonera izquierda de la cueva de Platense. De esta manera Ferro no sólo se ponía arriba por 1 a 0 sino que cambiaría por siempre el rumbo de la contienda.
Con el diario del lunes, o en este caso del domingo, lo mejor que le hubiese sucedido a los de Fernando Ruíz era que el primer tiempo culminase en ese instante. Sin embargo nada de ello sucedió, el Marrón no reaccionó, y cuando iban 43, los de Caballito aumentaron la diferencia gracias a una mágica asistencia de Toloza que acabó con un lindo derechazo de Tesuri en el área chica.
Si el 2 a 0 parecía difícil de remontar, el baldazo de agua fría que le propinó Ferro a Platense en el inicio de la complementaria lo fue todo. No se jugaba siquiera el segundo minuto del capítulo final cuando a Tesuri, imparable, le cometieron una infracción sobre el costado izquierdo de la cancha. Desde ese sector partió la pelota parada que encontró la cabeza de Gustavo Canto. El zaguero peinó el esférico y lo guardó contra la base del palo izquierdo del misionero De Olivera para clavar un contundente 3 a 0.
Si bien falta un tiempo por delante, el dueño de casa prácticamente ni gravitó contra la valla de Andrés Bailo. Una jugada clara recién se dio cerca de la media hora cuando Alfredo Ramírez ejecutó un tiro libre que se fue por encima del horizontal. Y, en una noche catastrófica para el Calamar, fue su rival quien buscó aprovecharse aún más para que la goleada quedase en la historia. Bombazos de Walter Busse y Nicolás Gómez que no tuvieron destino de red, una fascinante tijera de Rodrigo Mazur que le sacó astillas al travesaño, y la increíble ocasión dilapidada por Tomás Asprea con todo el arco a su merced que, a principios de febrero, ya quedó en el rígido para los Especiales de Lavecchia de fin de año.
Ferro jugó muy bien cuando tuvo el resultado en su favor, contó con asociaciones realmente interesantes, firme en defensa y molesto en el ataque. La goleada por 3 a 0 lo invita a seguir subiendo escalones en la tabla para soñar con meterse en la pelea para vovler a Primera. La ilusión de Platense en la noche del sábado quedó herida. El Marrón perdió la punta de manera estrepitosa y, si no cambia su andar, pondrá en riesgo el máximo anhelo que lleva consigo hace más de dos décadas.