La Azzurra recuperó su brillo, se abrió, dio sus frutos, y demostró tener herramientas para volver a los épocas más floridas. Con un gran trabajo en equipo, el elenco Roberto Mancini se impuso por 1 a 0 en Ámsterdam frente a una Naranja Mecánica apática, carente de ideas, y con una actuación digna para el olvido.
Los Países Bajos avisaron en el arranque con un bombazo de Memphis Depay que se fue alto y, desde ese entonces, le regalaron la pelota y las oportunidades a Italia. La escuadra tana, sobre todo de tres cuartos hacia adelante, se convirtió en un torbellino, desperdició muchísimas, pero también se llevó el merecido triunfo para su territorio.
Nicolo Barella probó desde la medialuna pero le sacó astillas al travesaño. Pasado el cuarto de hora, la visita se afirmó más en la verde gramilla y llegó con una tijera de Nicolo Zaniolo que se fue cerquísima. Al rato, apareció una de las figuras de la noche, Ciro Immobile, hamacándose y buscando la ratonera más lejana de un Jasper Cillessen que vio como la caprichosa se iba pidiendo permisto pegadita a su caño izquierdo. Luego, Lorenzo Insigne fotocopió al delantero de la Lazio con idéntico resultado.
Italia era ampliamente superior en el trámite y merecía el gol pero el reloj parecía darle algo de respiro a los Países Bajos que, veían con buenos ojos, la cercanía del entretiempo. Sin embargo, a los 45 minutos, Immobile lanzó un centro perfecto con la cara interna del botín y se la puso en la cabeza a Barella que, entrando como una tromba, sacudió las redes con un testazo indiscutible.
El 1 a 0 marcaba justicia en el tanteador y generaba una complementaria algo más pareja. Los de Mancini estuvieron cerca del segundo en una excelente acción colectiva que encontró a Cillessen volando para desactivar el sabroso tiro de Insigne. En la contra, los Tulipanes tuvieron el empate cuando Georginio Wijnaldum, el hombre del Liverpool de Inglaterra, asistió de maravilla a Donny van de Beek pero, el flamante refuerzo del Manchester United, no pudo batir a un Gianluigi Donnarumma que voló hacia atrás como un escorpión y mandó el zapatazo al tiro de esquina.
La Naranja Mecánica volvió a generar algo de riesgo con un bombazo de su estrella, Depay, que se fue apenas desviado. El jugador del Lyon de Francia estuvo apagado y no pudo ser la manija de un conjunto que, en la media hora final, se perdió en la intrascendencia del pleito y dejó que la Azzurra hiciera de las suyas sin poder ampliar diferencias y, teniendo la más clara, en los pies de Moise Kean que despintó el parante izquierdo de la cueva local.
Italia, con 4 puntos, producto del empate en condición de local ante Bosnia y esta victoria por 1 a 0 en Amsterdam, quedó en lo más alto del grupo sabiendo que en octubre se vendrá la revancha y también un durísimo encuentro ante Polonia. Los Países Bajos vieron como los tanos florecían donde crecen los Tulipanes, y el gol de Barella seguramente quedará enmarcado en los mejores recuerdos azules de este loquísimo 2020.