En una fría tarde/noche de Bahía Blanca, Olimpo y Nueva Chicago aburrieron en una nueva fecha del torneo de Primera División.
Ambos dos equipos están tratando de hacer pie en un campeonato con mas sinsabores que alegrías; quizás la situación de la visita es aún más desesperante porque no conoce todavía el sabor de la victoria este año.
El planteo elegido por el “Yagui” Forestello (que debutaba esta fecha en el equipo de Mataderos) fue de contragolpe; había que cuidar el cero en su arco, atacando con un solo punta bien definido y un enganche un poco más adelantado. En cambio el local, que necesitaba imperiosamente hacerse fuerte en su cancha para lo que viene en el campeonato, jugó unos metros más adelantados con el objetivo de hacerse con la victoria.
El «Aurinegro» fue el que generó las mejores situaciones en el primer tiempo, pero se topó con un “Oso” Sanchez inspiradísimo y de un pasar envidiable que logró mantener la valla invicta en los primeros 45 minutos. A la visita le costaba manejar la pelota y abusó en demasía del pelotazo frontal en busca de alguno de los dos puntas; sólo De La Fuente fue capaz de darle un poco de serenidad a un equipo que jugó a “no perder”.
En lo segundos 45 minutos, Diego Osella mantuvo la idea táctica ya que el rival no lograba lastimar el arco defendido por Nereo Champagne; y aunque logró tener el control del juego en casi la totalidad del encuentro, no encontró la manera de quebrar a un equipo que mostró debilidad en todas sus líneas (especialmente en el aspecto defensivo). En el tintero quedó un penal no cobrado al comienzo del complemento que el árbitro no convalidó.
Olimpo fue de mayor a menor en un partido en donde no demostró lo suficiente frente a un rival que no sabe lo que es ganar en el campeonato y no convierte un gol desde hace varias fechas atrás. Ambos dos técnicos tienen mucho trabajo por delante: Osella deberá buscar variantes cuando le toque enfrentar a rivales de mayor envergadura y Forestello tendrá que trabajar, no solo en lo anímico para levantar la alicaída moral del plantel, sino también en el aspecto ofensivo de un equipo que en el día de la fecha no pateó una sola vez al arco.