La derrota en el clásico caló hondo en el Rojo. El equipo que perdió los últimos tres partidos que jugó se retiró en este torneo se retiró en silencio del Cilindro de Avellaneda. Ni el entrenador, Eduardo Domínguez, ni el asesor deportivo, Daniel Montenegro, emitieron palabra a la prensa.
Racing le ganó a Independiente y profundizó el mal momento deportivo de un equipo que cuando viajó a Paraná estaba entusiasmado con pelear arriba. No sólo tropezó con Patronato en Entre Ríos sino que, después cayó con Platense y finalmente ahora se sumó la derrota en el derbi ante la Academia.
El único que se expidió fue Damián Batallini quien salió reemplazado en el primer tiempo. Enfurecido, el delantero no sólo pateó una botellita de plástico camino al banco de suplentes sino que luego se sacó la camiseta y la arrojó al suelo. Por esomo mismo, el atacante escogió el descargo.
«Quería pedir disculpas a todos los hinchas del Rojo si se sintieron ofendidos o enojados por haberme sacado la camiseta. Jamás fue una mala intención ni quise faltarle el respeto a nadie» arremetió el atacante que salió a los 36 minutos del capítulo inicial por precaución ya que estaba amonestado y con el voltaje a 220.
«Fue un momento de calentura y de la misma adrenalina. Estoy orgulloso de pertenecer a un club tran grande como Independiente y por el cariño que siempre me brindaron desde que llegué» destacó Batallini que cerró pidiendo disculpas por no ganar el clásico ante Racing y aclarando que de esto se sale «trabajando y estando juntos».