«Me quedo con las de oro, las de plata las regalo» afirmó José Mourinho después de sus lágrimas, su furia con el arbitraje, y el encuentro clave que se le escapó de las manos en la capital de Hungría. La Loba perdió la final de la Europa League ante el Blanquirrojo pero ´The Special One´ tuvo su función estelar.
Reclamó un penal que no le dieron, masticó bronca, y Roma acabó con las manos vacías en Budapest. Después de dos horas de fútbol, Sevilla conquistó un nuevo título del segundo certamen continental por excelencia en el viejo continente. A la hora de la premiación, Mou hizo de las suyas.
No ha sido un gesto nuevo aunque su renombre y sus firmes convicciones lo llevaron a estar en primera plana nuevamente. Mourinho recibió la medalla al subcampeón y automáticamente se la quitó, fue hasta las gradas, y se la regaló a un pequeño. Luego aclaró que no conserva preseas de segundos puestos.
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