Casi como si fuera cosa del destino, el apellido le deparó a Matías Córdoba un futuro relacionado con la Geografía, pero desde el ámbito futbolístico. El oriundo de Lanús salió desde las inferiores de Argentinos Juniors y llegó a participar en equipos de Australia, Estados Unidos, El Salvador, Malasia e incluso Indonesia.
Vermouth Deportivo: ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol?
Matías Córdoba: Empecé a los 5 años en el club Orientación Juvenil hasta los 13, cuando terminó la época de baby fútbol. Una vez estábamos por hacer un amistoso contra el Club Parque como una selección de distintos equipos y justo estaba Ramón Madoni que en ésa época pertenecía a Argentinos Juniors. El partido lo perdimos, pero como jugué bien, Madoni habló con mi papá para saber si me interesaba jugar en Argentinos, yo tenía 9 años y estaba jugando en fútbol de 11 en Lanús, en lo que eran mis primeras experiencias. Pero luego de esa charla empecé a ir primero al Club Parque y finalmente tuve que decidirme entre ir a Argentinos y seguir en Lanús, pero terminé en el “Bichito”, donde hice todas las infantiles y juveniles completas hasta llegar a Primera División. En el Club Parque terminé el baby a la par que Orientación Juvenil, que fue el club de toda mi vida.
VD: ¿Cómo recordás tu carrera en Argentina?
MC: Primero que nada en una división bisagra como es la Quinta, tuve un campeonato excelente, donde salimos campeones e hice 22 goles jugando como enganche, pero no me seleccionaron para pasar a la Primera, Fui el goleador de las categorías del club y segundo en AFA detrás de Hernán Barcos, pero aún así no me llevaron a Primera. En Cuarta nuevamente salí campeón y como goleador, pero tampoco me subieron. Tuve un breve paso en reserva de Arsenal donde estuve a préstamo y al volver pasé al plantel profesional. Desde ahí pasó todo muy rápido. En seis meses tuve mi debut en Primera con un gol a Rosario Central, con sólo cuatro partidos oficiales me tocó meter dos goles en una recordada promoción ante Atlético Rafaela. Gracias a esos goles pudimos mantener la categoría. El año siguiente tuve unas buenas actuaciones hasta que me rompí los ligamentos cruzados. Luego de eso me costó volver y perdí constancia, los entrenadores no me ponían por lo que me fuí a préstamo a Tigre. Donde tuve bastante consideración de Diego Cagna, aunque luego quedé relegado por nuevos jugadores y se hizo una campaña excelente, en la que quedamos segundos atrás del campeón Lanús. Después empecé mis incursiones en el exterior y volví a Quilmes, donde logramos el ascenso. Luego volví a Venezuela para recalar en San Martín de Tucumán, donde no acompañaron los resultados pero tuve el mejor grupo humano de mi carrera. El último club nacional fue Brown de Adrogué, donde estuve un sólo semestre hasta irme a El Salvador. nuevamente.
VD: ¿Cómo fue la primera incursión en el exterior, en el Real Salt Lake de Estados Unidos?
MC: Yo estaba en Tigre e hicimos un amistoso ante un conjunto de jugadores libres. Dio la casualidad que el partido era presenciado por el ayudante de campo del Real Salt Lake que me quiso llevar. Yo hasta ahí no había salido del país, pero no estaba contento con la continuidad que tenía y decidí probar suerte en una liga que estaba en pleno crecimiento. Fue una experiencia de vida muy linda en una ciudad hermosa y con un club que me sorprendió lo profesional que es.
VD: ¿Qué diferencia encontras entre los distintos estilos de fútbol de los diversos países que conociste y cuál creés que es más parecido al argentino?
MC: Futbolísticamente el país más parecido es el chileno entre los que me tocó estar. Se asemeja por la buena calidad de jugadores que tiene, además es táctico y competitivo. En México también hay un nivel alto pero se prioriza más el juego. Hay pocos equipos que intenten un juego directo como acá o en Chile. En Australia vi un fútbol que está en constante crecimiento; copian lo mejor de los distintos países y cada vez es mejor. El fútbol más distinto es en las ligas que son de menor envergadura, pero el estilo no difiere tanto.
VD: Sos periodista deportivo y director técnico recibido, ¿cuál te gustaría más ejercer si tuvieras que elegir luego de terminar tu carrera como jugador?
MC: Cualquiera de las dos me gustarían porque ambas están relacionadas al fútbol que es una parte grande de mi vida. Si tuviera que elegir una, me llama más la atención ser entrenador. De todos los técnicos que tuve guardé cosas. Tengo un cuaderno donde fui anotando las cosas que me gustaron y que no, lo que me fueron dejando. Igualmente me preparo día a día porque cuando llegue el momento es una responsabilidad muy grande. De periodista también me gustaría ejercer, pero siento que me estoy preparando para ser entrenador.
VD: ¿Qué balance haces de tu carrera?, ¿te gustaría ser recordado como un trotamundos del fútbol?
MC: Uno cuando es chico sueña con otra cosa, con jugar en un grande o en Europa, además de la selección obviamente. Pero el fútbol te va poniendo en el lugar que mereces y estoy muy conforme con lo que logré. Nadie me regaló nada y todo lo que conseguí fue a través de sacrificio personal. Además es muy difícil que alguien hable mal de mí en el ambiente, siempre intenté reflejar la educación que recibí en mi casa más allá de los resultados deportivos. Mi carrera en el exterior creo que fue mejor que en el fútbol local aunque en Argentinos Juniors me fue bien y la gente me tiene un gran cariño. Yo quiero ser recordado como una buena persona. Y en cuanto a lo de trotamundos, como decía, el fútbol te va poniendo en el lugar que mereces y me ha tocado eso. Por suerte lo pude asimilar bien, no reniego de eso y lo disfruto.