El 23 de junio del 2022, hace exactos 32 años, la Selección Argentina concentraba en la noche previa a su histórico duelo contra Brasil en la Copa Mundial de Italia 1990. Diego Armando Maradona contaría años más tardes dos anécdotas muy especiales.

Uno de los grandes recuerdos Mundialistas que tiene la Selección Argentina es sin duda su triunfo sobre Brasil en los Octavos de Final de Italia 90.

El combinado Albiceleste, Campeón del Mundo vigente con Diego Armando Maradona en cancha y Carlos Bilardo como entrenador, llegaba a la instancia tras una Fase de Grupos que se le presentó compleja, clasificando como el mejor de los terceros.

Tras debutar en Milán contra Camerún, Argentina jugó sus siguientes dos partidos en el San Paolo de Nápoles, segunda casa de Diego Armando Maradona y estadio que en nuestros días lleva su nombre.

El tercer puesto lo obligó a movilizarse a la región del norte, más precisamente a Turín, allí donde Maradona era señalado, resistido e incluso discriminado. El contexto no ayudó pero mucho menos lo hizo el rival, Brasil, líder en su grupo con tres victorias.

Argentina se alojó en el hotel “Jet” de Turín, y según recordó Diego Armando Maradona en su libro autobiográfico “Yo soy el Diego de la gente” la noche previa al partido contra Brasil el grupo recuperó la sonrisa luego de un comienzo de torneo difícil.

Maradona, muy dolorido por una lesión en su tobillo y con recomendaciones médicas de no jugar, contó que esa misma noche se celebró un casamiento en el hotel. La cena del plantel coincidió con el festejo y la novia, llamada Nicolae, se acercó a la mesa del 10 para regalarle el ramo.

La foto, insólita y espectacular, muestra a la dama de blanco y su ofrenda al capitán argentino, que en ningún momento dejaba de utilizar la camiseta Celeste y Blanca.

A la nota de “El Gráfico” la acompaña una segunda imagen de la novia junto al entrenador Carlos Salvador Bilardo, quien dejaría una frase premonitoria: “La novia trae buena suerte”.

A esta insólita anécdota se suma otra, también contada por Maradona en su libro. Aquella misma noche el 10 se enteró que la delegación tenía reservados 26 pasajes de avión para el día siguiente al partido con Brasil: “Me juraron que no era una cuestión de falta de confianza, me dijeron que eso era un trámite de rutina. Les creí, pero no era una sensación agradable: parecía que estábamos condenados de antemano”.

Finalmente esos pasajes no fueron necesarios. Maradona frotó la lámpara, Caniggia anotó el gol del triunfo y Argentina eliminó a Brasil.

Pero esa es otra historia.