El Granate se recuperó de la derrota ante Unión de Santa Fe y venció, en La Fortaleza, al Decano por 2 a 1. En otro duro examen para los muchachos de Luis Zubeldía, el elenco del sur del Gran Buenos Aires consiguió una victoria de oro pensando en seguir prendido en los primeros puestos de su zona en la Copa de la Liga.
Atlético Tucumán arrancó el encuentro con la ilusión de cantar victoria por vez primera en la temporada pero no contó con la convicción de un Lanús que, así como fue a buscarlo el otro día con el Tatengue y volvió con las manos vacías, esta vez consiguió lo que tanto buscaba en su propio domicilio.
A los 2 minutos de juego, Luciano Monzón tuvo una gran chance para la visita con un violento zapatazo que Lautaro Morales desactivó maravillosamente por encima del travesaño. La respuesta del local no tardó en llegar con una soberbia asistencia de José Sand para Pedro de la Vega quien sacó un remate cruzado y le sacó astillas al palo derecho de Cristian Lucchetti.
En el ida y vuelta, Atlético Tucumán halló la ventaja. Lo tuvo Ramiro Carrera pero falló por centímetros hasta que, a los 24 minutos, se le dio a Guillermo Acosta quien, muy atento, empujó una pelota que había quedado boyando tras un tiro libre que el guardameta de Lanús no pudo contener a pesar de su notable reacción para frenar el remate.
En la complementaria, el Granate salió decidido a torcer la historia. Sand no pudo soplarla debajo del arco y parecía que la suerte venía esquiva para los de Zubeldía. Pero el «Pepe» tuvo revancha antes de la media hora y, de penal, marcó el empate parcial en La Fortaleza. Allí, el dueño de casa, apostó como lo hizo en Santa Fe. Y, en ese ´a todo o nada´, lo ganó porque Morales brilló en su arco y porque, a los 43, Matías Esquivel clavó un golazo de otro planeta contra el ángulo superior derecho de Lucchetti para poner cifras definitivas.
Atlético Tucumán, que sigue sin victorias en lo que va del torneo, se fue con las manos vacías y esperando ansiosamente a Patronato en la próxima fecha. Lanús se impuso por 2 a 1, sigue prendido arriba, y pensando en Huracán se permite ilusionarse con dar batalla hasta el final en cada contienda.
