Se empañó otra vez la fiesta del fútbol. Si quedaba alguna pequeña ilusión del regreso de los visitantes a todos los torneos, lo sucedido este martes por la tarde durante la segunda mitad en La Rioja terminó dejando en claro que la violencia es un flagelo que hace rato ganó la Copa del Mundo en suelo criollo.
El partido de ronda inicial entre Talleres de Córdoba y Chacarita Juniors se desarrollaba con total normalidad en el occidente del país. La soleada tarde y la convocatoria de dos hinchadas masivas le ponían calor y color a una jornada que terminó de la peor manera.
Un cuarto de hora antes del cierre, y cuando La T se imponía por 2 a 0, comenzaron los disturbios. La hinchada del Tricolor desafió a la del Matador. Atrvesaron vallas, arrojaron bengalas, y se desafiaron a pelear en una contienda donde el sol brillaba pero el fútbol en Argentina vivía otra tarde gris para el olvido.
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